La mujer más alejada del mundo y la sociedad actual, ni del Covid-19, Agafia Lykova, no cuenta con energía eléctrica, transporte ni algún tipo de energía moderna.
La siberiana se enteró hasta 1978 que Stalin había muerto y que el mundo padecía las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial, gracias a investigadores que conocieron el caso de aislamiento de Lykova. También conoció la televisión por primera vez.
Lykova y su familia huyeron 250 kilómetros del poblado de Tashtagol en Siberia tras la persecución religiosa de el régimen stalinista en 1936.
Su madre falleció a escasos días de que ella nació, sus tres hermanos enfermaron de gripa en 1981 fallecieron y su padre en 1988.
Desde ese momento ella vive sola sin energía eléctrica, sin necesidad de salir a ninguna parte, para poder sobrevivir cultiva papas y hortalizas, además de que tiene una cabra a la que ordeña a diario y una red para pescar.
Algunas veces recibe ayuda de personas que le envían mediante un helicóptero, alimentos y materiales de uso cotidiano, sin embargo, por sus creencias religiosas pide que dichos artículos no tengan código de barras, ya que los considera señales del maligno.