Ante el avance imparable del coronavirus en Europa, Alemania anunció un drástico endurecimiento de sus medidas sanitarias y Francia ordenó un nuevo confinamiento para frenar la segunda ola de la pandemia.
Alemania anunció el regreso, desde el 2 de noviembre, de cierres con compensación económica de teatros a gimnasios, de cines a spas y ferias, pero con colegios y comercios abiertos.
La canciller alemana, Angela Merkel, y los jefes de los ejecutivos de los 16 "Länder" llegaron a este acuerdo básico, que se prolongará por cuatro semanas desde esa fecha e incluye la reducción a 10 personas de dos distintos domicilios las reuniones en espacios privados.
Segunda Ola
El COVID-19 ha causado casi 1.2 millones de muertes de más de 44 millones de casos registrados en todo el planeta. Sólo en la jornada del martes se documentaron más de 516 mil nuevas infecciones y 7 mil 723 fallecidos.
Mientras, Francia, severamente golpeada por la segunda ola del coronavirus, decretó un nuevo confinamiento nacional de un mes, aunque menos estricto que el de la primavera puesto que las escuelas, fábricas y servicios públicos seguirán abiertos.
"El virus circula en Francia a una velocidad que ni siquiera los pronósticos más pesimistas habían previsto", dijo el presidente Emmanuel Macron en un discurso por televisión, en el que lamentó la muerte el martes de 527 personas debido al COVID-19.
Toque de queda
En la misma línea, República Checa puso en vigor ayer un toque de queda nocturno. Bélgica registró esta semana la media más alta del continente de casos en 14 días por cada 100 mil habitantes con 1,390.9 positivos, según los Centros Europeos de Control y Prevención de Enfermedades, superando a República Checa.
Las nuevas medidas son ya insoportables para muchos. En Italia, miles de personas salieron a la calle el lunes, con violentos incidentes en Milán y Turín.
El gobierno italiano impuso un toque de queda en varias zonas, con cierre de bares y restaurantes a las 18:00 y el cierre total de gimnasios, cines y salas de conciertos.
En España, exhaustos tras haber luchado contra el coronavirus durante más de seis meses, la gran mayoría de los médicos de servicio público iniciaron una huelga nacional, la primera en 25 años, para exigir reconocimiento.
El papa Francisco, que lució sin cubrebocas, anunció que celebrará la misa por difuntos sin fieles, a causa de la "señora COVID".
Por AFP, EFE Y REUTERS