El Papa Francisco continuó con su ciclo de catequesis basada en la oración, donde explicó el comienzo de la vida pública de Jesús cuando es bautizado en el río Jordán, donde Juan realizaba el bautismo de la penitencia al pueblo que se reunía en oración.
“Metamos esto en la cabeza: Jesús es el Justo, no es pecador. Pero Él ha querido descender hasta nosotros, pecadores, y Él reza con nosotros, y cuando nosotros rezamos Él está con nosotros rezando; Él está con nosotros porque está en el cielo rezando por nosotros. Jesús siempre reza con su pueblo, siempre reza con nosotros: siempre. Nunca rezamos solos, siempre rezamos con Jesús“.
Francisco enfatizó que Jesús ha regalado su oración pero siempre se debe hacer con humildad.
“En una noche de oración nos sentimos débiles y vacíos, si nos parece que la vida haya sido completamente inútil, en ese instante debemos suplicar que la oración de Jesús se haga nuestra. “Yo no puedo rezar hoy, no sé qué hacer: no me siento capaz, soy indigno, indigna”. En ese momento, es necesario encomendarse a Él para que rece por nosotros. Él en este momento está delante del Padre rezando por nosotros, es el intercesor; hace ver al Padre las llagas, por nosotros.
El Papa Francisco celebró la Audiencia General en el Aula Paulo VI con presencia de fieles, a lo que al inicio de ésta, se disculpaba por no poder acercarse a saludarlos, explicando que era por la seguridad de mantener el distanciamiento social.
"Porque si yo bajo se hace una aglomeración para saludar, y esto está contra los cuidados, las precauciones que debemos tener delante de esta “señora” que se llama Covid y que nos hace tanto daño. Por eso, perdonadme si yo no bajo a saludaros: os saludo desde aquí pero os llevo a todos en el corazón".
Por Pablo Esparza / Vaticano