Mahmood Sariolghalam, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Shaid Beheshti de Therán, los últimos 150 años la política iraní y la naturaleza de los desafíos de sus sistemas políticos se han caracterizado por una búsqueda de los iraníes de la soberanía nacional.
Para empezar, explica que la Revolución de 1979 modificó su panorama regional y global. Antes de esto, su política exterior se centraba en las relaciones estratégicas con Estados Unidos y Europa.
La estrecha relación con la Nación Americana mantuvo relaciones cordiales con la mayoría de países de Oriente Medio, gestionaba sus puntos de fricción con Irak y Arabia Saudí e incluso tendió la mano para rescatar al régimen de Omán de la oposición comunista.
La combinación de los objetivos y orientaciones de Irán después de la revolución podrían resumirse en las tres categorías:
- Crecimiento económico y desarrollo.
- Defensa de la integridad territorial y de la soberanía nacional, de los derechos de los musulmanes y de los movimientos de liberación, por una parte, y la confrontación con Israel y Occidente (sobre todo con Estados Unidos).
- Establecimiento de una política islámica basada en los principios chiíes.
Después de la Revolución, el mundo musulmán se convirtió en el punto de atención geopolítico principal de la política exterior de Irán. Las tendencias islamistas de Irán se hicieron eco de los defensores del tercermundismo, significando con ello la autosuficiencia, la soberanía política y una distancia estratégica respecto de las potencias globales.
A consecuencia de ello, nacieron dos sistemas: Revolucionarios e internacionalistas (después de la guerra Irán-Irak en 1980-1988).
Internacionalistas
El desarrollo económico, la modernización, la riqueza nacional, el acceso a las tecnologías de la información, la salud, la educación, la eficiencia y la globalización eran competencia del Estado.
Considera que Irán debería concentrarse en su agenda interna y mantener una distancia calculada de la comunidad internacional.
Revolucionarios
Consideró la historia, la difícil situación del mundo islámico, la lucha contra el imperialismo y la adhesión a un código de conducta ética como cuestiones urgentes.
Promueve el desarrollo económico nacional y cree que Irán debería ingresar en la OMC y convertirse en un miembro normal de la comunidad internacional.
El especialista comentó que lo esencial de la política exterior de Irán desde 1979 ha corroborado una notable estabilidad y continuidad. "El enfoque básico de las políticas iraníes con respecto a Estados Unidos, Rusia, Europa, los principales países árabes y la cuestión palestina ha permanecido fundamentalmente intacto. Buena parte de su coherencia y continuidad guardan relación con el tipo de régimen en Irán, que no siempre se ajusta al característico Estado-nación con intereses y políticas definidos y establecidos sobre la base de realidades políticas y geográficas", señaló.
Política económica y política exterior
Las autoridades de la República Islámica no dudaron en declarar vigorosamente que el objetivo de la revolución no era únicamente el desarrollo económico del país
"A través de la historia de la revolución iraní, puede argumentarse convincentemente que las cuestiones políticas han eclipsado en todo momento las preocupaciones y prioridades económicas".
Los ingresos procedentes del petróleo aportaron la tranquilidad política y de seguridad y se atendieron las necesidades diarias de la población. Los recursos nacionales debían destinarse a enriquecer la moral humana y a liberar el territorio musulmán de cualquier control exterior.
A lo largo de los años, entre el 80 y el 90 por ciento del presupuesto nacional se basó en los ingresos procedentes del petróleo.
Cabe destacar que Estados Unidos por sí mismo es un pilar o Estado indispensable para cualquier país que tenga como objetivo el crecimiento económico; de esta manera, las posteriores sanciones estadounidenses unilaterales privaron asimismo a Irán de la obtención de nuevas tecnologías de cualquier país a fin de actualizar su industria petrolífera y gasista.
Otros de los problemas de fueron las cuestiones de la seguridad y de las diferencias y fricciones religiosas e ideológicas que constituyeron importantes obstáculos para la cooperación con los países vecinos.
Debido al enfoque ideológico hacia Estados Unidos y las crecientes sanciones aplicadas a Irán por parte de Washington, las relaciones económicas iraníes con los países occidentales empeoraron de forma gradual.
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Con información de Anuario Internacional CIDOB
lhp