La economía chilena se contrajo 3.3 por ciento en noviembre, debido a una menor actividad minera y al impacto de la crisis social, cuyos efectos se verán reflejados durante meses, informó ayer el autónomo Banco Central.
"Es una caída fuertísima que se repite en noviembre, pero que debiera atenuarse bastante en diciembre", declaró el ministro de Hacienda, Ignacio Briones.
Agregó que "los Imacec (Índice Mensual de Actividad Económica) de octubre y noviembre son de lo más malo que ha pasado desde la crisis subprime", ocurrida en 2009 en el mercado de viviendas estadounidense que detonó una crisis económica mundial.
Entre los servicios destacaron las caídas en educación, transporte y restaurantes y hoteles, parcialmente compensadas por el aumento de la actividad en la construcción y la industria manufacturera.
Por su parte, el ministro de Economía, Lucas Palacios, señaló que estas cifras "reflejan los efectos de las manifestaciones producidas a partir del 18 de octubre".
Asimismo, explicó que las protestas "afectan las cadenas logísticas de producción y el efecto más concreto que vamos a ver para las personas es una menor producción y, por lo tanto, una menor generación de empleo".
Luego del estallido social de octubre y hasta mediados de diciembre se han registrado aproximadamente 140 mil despidos por cambios en las condiciones del mercado o la economía, 70 por ciento más que en igual periodo de 2018. La última cifra oficial de desempleo, 6.9 por ciento, aún no registra todos los despidos y las autoridades no descartan que en los próximos meses alcance los dos dígitos.
EFE, AFP y AP
lctl