El Papa Francisco celebró esta tarde en la Basílica de San Pablo Extramuros, la fiesta litúrgica de la conversión de San Pablo con el rezo de las II vísperas, "Sin cansarnos nunca, sigamos rezando para invocar a Dios el don de la plena unidad entre nosotros"
Aunado a esto, concluyó la semana de la oración por la Unidad de los Cristianos que se tituló este año “Nos trataron con amabilidad”, que fue tomado del libro de los Hechos de los Apóstoles donde se habla del viaje de San Pablo donde naufragó ya como prisionero rumbo a Roma y que fue acogido por el pueblo de Malta que lo acogió junto con todos los que viajaba.
“Pensemos en las comunidades cristianas: incluso en las más pequeñas y menos relevantes a los ojos del mundo, si experimentan el Espíritu Santo, si viven el amor a Dios y al prójimo, tienen un mensaje que ofrecer a toda la familia cristiana”
El Papa Francisco habló de las comunidades cristianas que han sido perseguidas y marginadas , “Como en la historia del naufragio de Pablo, a menudo son los más débiles los que llevan el mensaje de salvación más importante. Porque a Dios le ha gustado así: salvarnos no con la fuerza del mundo, sino con la debilidad de la Cruz”.
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Francisco enfatizó en la hospitalidad que no se debe perder
“La hospitalidad pertenece a la tradición de las comunidades y familias cristianas. Nuestros ancianos nos han enseñado con el ejemplo que en la mesa de una casa cristiana siempre hay un plato de sopa para el amigo que pasa o el necesitado que llama. Y en los monasterios el huésped es tratado con gran respeto. ¡No perdamos, es más, revivamos estas costumbres que tienen sabor a Evangelio!”
Al final de la celebración, el Santo Padre impartió su bendición y saludó a representantes de las diversas confesiones cristianas que asistieron a la celebración.
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Por: Pablo Esparza
dhfm