HONG KONG. Nuevos enfrentamientos, huelga general y el bloqueo del Metro sumieron ayer a Hong Kong en el caos, en tanto las autoridades acusan a los manifestantes de querer "destruir" al territorio semiautónomo y la vida de sus habitantes.
Ayer por la tarde fueron lanzados gases lacrimógenos en varias zonas de la megalópolis contra manifestantes enardecidos en el marco de la huelga general, un acontecimiento muy raro en la excolonia británica.
La megalópolis, que atraviesa su mayor crisis política desde su retrocesión a China en 1997, ya vivió en los dos últimos meses otras jornadas de manifestaciones masivas que desembocaron en confrontaciones entre policías antimotines y grupos radicales.
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Tras enfrentamientos durante el fin de semana, los manifestantes se dirigieron en hora pico a estaciones clave del Metro para bloquear las puertas de los vagones y evitar que los trenes se marcharan.
Esta acción relámpago paralizó durante horas una red que normalmente marcha con una eficacia extraordinaria.
Tamañas "acciones en nombre de ciertas demandas (...) han minado seriamente la ley y el orden de Hong Kong, y están empujando a nuestra ciudad, que todos amamos, al borde de una situación muy peligrosa", señaló la jefa del ejecutivo local, Carrie Lam, en su primera conferencia de prensa en dos semanas.
Haciendo referencia a eslóganes revolucionarios, presentó la protesta como un atentado a la existencia de Hong Kong.
"Yo diría que (los manifestantes) están tratando de derribar Hong Kong, de destruir por completo la vida de más de siete millones de personas", dijo Lam ante periodistas, afirmando que "el gobierno será enérgico".
Por: AFP
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