LOS ÁNGELES. El temblor de magnitud 7.1 en la escala Richter que sacudió el viernes por la noche el sur de California dejó varios incendios en edificios, desprendimientos de rocas sobre las carreteras, cortes de luz eléctrica, fugas de gas y agua, y problemas en las telecomunicaciones.
No se reportaron decesos ni lesiones graves por el terremoto, el más fuerte de los últimos 20 años en la zona. Lo que sí se reportaron fueron escenas de pánico en la población que apenas se recuperaba del sismo de 6.4 grados del 4 de julio.
En el condado de Ridgecrest, donde se sintió con mayor fuerza el sismo, los habitantes dudaban sobre volver o no a sus casas, por lo que muchos optaron por dormir a la intemperie o en sus autos.
Las autoridades dijeron que unas 200 personas estaban refugiadas en albergues. Además, la Guardia Nacional de California envió un contingente de 200 efectivos, apoyo logístico y aeronaves, informó el general mayor David Baldwin.
MÁXIMA ALERTA
La sismóloga Lucy Jones, del Instituto Californiano de Tecnología (Caltech), dijo que existe al menos un 10% de probabilidades de un sismo de magnitud 7 o superior la semana próxima
En respuesta, el gobernador de California, Gavin Newsom, solicitó ayuda federal y colocó a la Oficina de Servicios de Emergencia del estado en alerta máxima.
"Tenemos informes sobre incendios de edificios, provocados esencialmente por escapes de gas" y sobre roturas de canalizaciones de agua, dijo.
Autoridades también declararon el estado de emergencia en dos condados.
POR EFE, REUTERS, AP Y AFP