El capitán Rafael Acosta Arévalo, detenido por el régimen de Nicolás Maduro el pasado 21 de junio acusado de participar en un complot para derrocarlo, murió por aplastamiento.
Zair Mundaray, fiscal del Ministerio Público en el exilio, dio a conocer detalles de la autopsia, que revelan que el militar tenía 16 costillas con
fracturas, el tabique nasal roto, hematomas en muslos y lesiones de latigazos en la espalda.
También se reportaron quemaduras en los pies que se presume se deben a electrocución.
El periodista venezolano Eligio Rojas difundió en su cuenta en Twitter imágenes de extractos del reporte final de la autopsia que señalan que Acosta falleció por "rabdomiolisis", también conocido como "síndrome de aplastamiento"; se trata de un shock intenso en el cuerpo por el aplastamiento del músculo esquelético.
El gobierno de Nicolás Maduro se ha limitado a decir que investiga el deceso.
Ayer La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) urgió al Estado de Venezuela a investigar los "probables actos de tortura" a los que fue sometido el militar Acosta Arévalo antes de morir.
En un comunicado, la CIDH expresó "alarma" y "preocupación" por el fallecimiento de "por probables actos de tortura" e instó "a las autoridades a investigar los hechos, juzgar y sancionar a los responsables".
PIDEN CAMBIO
En un comunicado conjunto de 52 países, representados por Perú, pidieron ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU cambios políticos en Venezuela para que ese país "recupere un total disfrute de los derechos humanos y las libertades fundamentales".
La embajadora peruana Silvia Elena Alfaro Espinosa señaló que el medio centenar de países signatarios "están preocupados por las graves violaciones y abusos a los derechos humanos.
Por: REDACCIÓN EL HERALDO DE MÉXICO