En el marco de una guerra no declarada con la hoy desaparecida Unión Soviética, Estados Unidos se lanzó a la aventura por conquistar la Luna hace 50 años, el 16 de julio de 1969, cuando el cohete Saturno V despegó a las 13:32 horas desde el centro espacial de Cabo Cañaveral, en Florida. Sólo cuatro días después la meta se cumplió.
En la punta de la nave, que contaba de múltiples fases desprendibles, se encontraba el Apollo 11, tripulado por Michael Collins, Neil Armstrong y Buzz Aldrin, en éste también se hallaba el módulo de servicio, con el sistema de propulsión para entrar o salir la órbita lunar; el modulo de mando, donde se encontraban los astronautas, y el módulo lunar Eagle que alunizaría cuatro días después.
A 67 kilómetros de altura, sólo dos minutos y 42 segundos después de despegar, los motores del Saturno V se apagaron y la primera fase del cohete se desprendió para caer en el océano Pacífico.
Inmediatamente se activaron los motores de la segunda fase, y ya en el espacio exterior, a 175 kilómetros de altura, se desprendió esa segunda parte, para dar inicio al encendido de motores de la tercera parte del cohete.
En pocos minutos, lo que que-daba del Saturno V entró en una órbita de estacionamiento alrededor de la Tierra, a unos 190 kilómetros de altura, ahí pasó unas dos horas para confirmar que todo funcionara según lo planeado.
Posteriormente, de nuevo se activaron los motores para que la nave realizara una maniobra llamada “inyección traslunar” con el fin de colocarse en un trayecto de forma elíptica hacia la Luna.
En ese momento se liberó la tercera fase de la nave para quedar solo el Apollo 11 y realizar un viaje de tres días para encontrarse en trayectoria con la Luna el 20 de julio.
La carrera por llegar al satélite terrestre, en el marco de la Guerra Fría, desató teorías conspiracionistas que aseguraban que el alunizaje fue un montaje de la agencia espacial estadounidense.
La URSS había ganado el primer round, al ser el primero en lanzar un satélite artificial para que orbitara la Tierra: el Sputnik en 1957, Estados Unidos lo hizo un año después.
Dos años más tarde, su segunda versión, Sputnik 2, llevaría por primera vez al espacio un animal, la famosa perra Laika.
El primer hombre en el espacio también fue un soviético: Yuri Alekséyevich Gargarin. Había miedo de que los soviéticos pusieran una base de misiles.
Pero Estados Unidos dio el nocaut al ser el primero en plantar su bandera en la Luna.
No obstante, al paso de los años han saltado algunas inconsistencias en las imágenes mostradas al mundo de ese momento histórico; por ejemplo, la ausencia de estrellas, una bandera ondeante, la falta de un cráter de ignición debajo del módulo lunar y que los astronautas resultaron ilesos de la radiación.
En contraparte, expertos de la NASA han desechado hipótesis de que un alunizaje ficticio, asegurando que en 1969 no se tenía la tecnología televisiva para recrear el logro, y que la bandera estadounidense no estaba ondeando en la Luna, sino que colgaba de una varilla telescópica a lo largo de su parte superior.
De hecho, ingenieros de la NASA trabajaron por tres meses en la bandera para garantizar que en la Luna se mantuviera desplegada, a pesar de la ausencia de atmósfera.
De volver al satélite terrestre, como Donald Trump lo ha ordenado, los restos de misiones anteriores deberían estar ahí.
POR ALEJANDRA MARTÍNEZ Y SAYURI LÓPEZ