BAGDAD. El presidente de Irak, Barham Saleh, puso ayer su dimisión sobre la mesa explicando que se niega a proponer al Parlamento el nombre del candidato del bando proiraní, Al Biná, para el puesto de primer ministro, agravando la crisis política en ese país.
Su decisión sucede luego de que una ola de masivas protestas antigubernamenteales se registrara por todo el país en los últimos meses de este año.
Diciéndose garante de la "integridad" y la "independencia" del país, Saleh –un kurdo proveniente de un partido tradicionalmente cercano al vecino iraní, pero que desde el inicio de la protesta social resiste a los abucheos de la calle– envió una carta al Parlamento.
El Presidente dijo que estaba "dispuesto a dimitir" ya que, considera, la Constitución le obliga a proponer al Parlamento el candidato de la "mayor coalición". Ese título está en este momento en manos del grupo liderado por los paramilitares pro-Irán, aunque, en disputa con otras fuerzas.
POR AFP y EFE
eadp