La otra cara de China: Desigualdad creciente y pobreza extrema

Alejado de las espectaculares postales que muestran los rascacielos en Shanghai y los multimillonarios chinos que atraviesan el mundo llenando sus vidas de lujos y comodidades, alrededor de un 40 por ciento de la población en China continúa viviendo en zonas rurales, donde la mayoría de las personas obtiene sus subsidios de pequeñas granjas y cultivos.

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De acuerdo con un reporte realizado por la revista Geopolitical Futures, la cifra del PBI per cápita anual, ajustado por paridad de poder adquisitivo (PPP) de China, estima que a alguien de la zona urbana le corresponden 4 mil 500 dólares anuales del PBI, pero en las zonas rurales, esta cifra se reduce a los mil 500 dólares.

Foto: Curt Carnemark-Banco Mundial

Los ingresos con los que cuentan las personas que pertenecen al 40 por ciento de la sociedad –dentro de “la otra cara de China”– en cualquier país del mundo desarrollado los ubicaría en condiciones de pobreza. En muchas ocasiones se trata de comunidades o familias que tienen pocas alternativas de alimento y un difícil acceso a los servicios básicos, como el agua potable.

Foto: Pixabay

Mientras que el 60 por ciento de los chinos que viven en un entorno urbano, son en su mayoría obreros que trabajan más de 10 horas diarias, con pocos beneficios sociales y en condiciones inseguras.

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Además, en este porcentaje entran las –cada vez más crecientes-poblaciones costeras, mismas que subsidien del comercio a través del Océano Pacífico y la China euroasiática.

Foto: AFP

El otro 20 por ciento corresponde a las personas de una clase social alta, empresarios y personas en puestos administrativos, quienes poseen más comodidades y oportunidades de inversión.

Ingreso anual

En grandes urbes como Shanghai o Beijing, el ingreso medio anual de las familias asciende a unos 6 mil 800 dólares, cifras que se acercan a las de una clase media en ascenso.

Shangai. Foto: Pixabay

Estos ingresos coinciden con la “imagen de éxito” mostrada por el gobierno chino, mismo que se encuentra bajo un régimen comunista.

Sin embargo, en lugares como Gansu o la convulsionada Xinjiang, los ingresos de los hogares se reducen a 2 mil 900 y 3 mil 200 dólares anuales, respectivamente. [nota_relacionada id= 790735]

Desaceleración de su economía

Diversos estudios han mostrado que China ­–a pesar de la percepción que se tiene– continúa siendo un país con altos niveles de pobreza, además de que actualmente enfrenta una desaceleración del crecimiento de su economía, (con el 6% anual, registrado en el último cuatrimestre) situación que representa una barrera complicada para reducir este flagelo, especialmente en la población rural.

Foto: Pixabay

Guerra comercial con Estados Unidos

Gran parte del estancamiento del consumo interno en China es propiciado por la guerra comercial que tiene esta nación con Estados Unidos, lo que genera cada vez más dudas sobre el bienestar económico y social de sus habitantes durante los próximos años.

Bajo este panorama y con la intención de dar un mayor impulso al crecimiento, Beijing apuesta cada vez más por la llamada “Ruta de la seda” o también conocida como la "Iniciativa de una franja, un camino” –BRI por sus siglas en inglés–, un proyecto de conexiones viales, fluviales, marítimas y ferroviarias.

Estas infraestructuras funcionarían como como un puente comercial de China con Asia, Europa y África; sin embargo, este plan requiere de fuertes inversiones dentro de 60 países, situación que está causando tensiones en la economía de todo el mundo.

Por Redacción Digital El Heraldo de México [nota_relacionada id= 791247]

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