El sueño de Martin Luther King está pendiente

En el 50 aniversario del asesinato de Martin Luther King en Memphis, Estados Unidos, parece seguir en una continua lucha por la sociedad multirracial que aquel soñó y que según algunos, la elección de Donald Trump desmiente. Estados Unidos sigue a la sombra del racismo, afirma el escritor Jason Sokol. "Desde que (Trump) asumió el puesto, el nativismo y el racismo han regresado al centro de nuestra vida pública, mientras grupos de supremacistas blancos han saltado de las oscuras orillas de nuestra sociedad a su vanguardia", dijo en un texto escrito para The Washington Post.   [caption id="attachment_258025" align="aligncenter" width="809"] FOTO: AP[/caption]   El sombrío señalamiento no es sólo lirismo. Una encuesta de la AP/NORC, divulgada el pasado viernes indicó que sólo uno de cada 10 afroestadounidenses cree que EU ha logrado todos o al menos la mayoría de las metas que se impuso el movimiento por derechos civiles hace ya más de medio siglo. Y tantos como 75% piensa que ha habido poco o ningún progreso en el trato de las autoridades, especialmente la policía, hacia los negros, y más de la mitad piensa que no son bien tratados por los medios, la representación política o las oportunidades económicas. De hecho, el propio Sokol denuncia que la muerte de King puso al descubierto un racismo tan virulento que prácticamente hace irrelevante "el sueño" de una sociedad multirracial e inclusiva del que hablara el prócer en un famoso discurso. Para los que creen que ha habido progreso, el mejor ejemplo está en los ocho años de gobierno (2009-2016) de Barack Obama, el primer presidente negro de Estados Unidos, y la creciente presencia de afroestadounidenses en todos los órdenes de la sociedad de ese país.   [caption id="attachment_258027" align="aligncenter" width="872"] FOTO: @BarackObama[/caption]   De acuerdo con la acreditada Institución Brookings, más de 40 por ciento de los afroestadounidenses se considera clase media; 42% es propietario de su casa y entre ellos destaca la cifra de 75% de parejas casadas; casi un tercio de la población afroestadounidense vive en suburbios residenciales. Brookings consigna que la porción afroestadounidense de la sociedad es definida aún por una subclase. Para muchos estadounidenses, los negros viven aún en edificios de viviendas proporcionados por el Estado, con pequeños delitos y beneficencia pública como sus principales fuentes de recursos. "El estereotipo cruza líneas raciales –afirma el reporte– los negros están aún más inclinados que los blancos a exagerar el grado en que los afroestadounidenses están atrapados en pobreza urbana (o ghettos)", aseguró el texto. Pero hay visiones menos optimistas. "Para hablar de igualdad, queremos hablar sobre beneficio, ¿Cuál es el beneficio que obtienen los negros? En todo EU se nos expulsa. Nuestras escuelas están agotadas. Nuestras comunidades están agotadas. Seguimos abarrotando esas celdas de prisión. Seguimos siendo el objetivo, y seguimos siendo criminalizados", acusó Berry Accius, un activista de Sacramento que encabeza un grupo de apoyo a jóvenes. Accius hablaba en medio de la reacción a las circunstancias de la muerte de Philando Castle, un joven negro en Sacramento, que estaba en el patio de la casa de su abuela cuando fue enfrentado por agentes de policía y recibió 20 disparos cuando un gendarme vio su teléfono celular y creyó que era un arma. Para Accius es la demostración más reciente de la aparente fácil impunidad con que agentes de policía matan a afroestadounidenses sin enfrentar consecuencias, sobre todo si alegan que se sintieron "amenazados". Para muchos analistas, la elección de Donald Trump y su divisiva retórica es una reacción de sectores de la población blanca al gobierno de Obama.   [caption id="attachment_258029" align="aligncenter" width="957"] FOTO: @FLOTUS[/caption]   "Han pasado casi 10 años desde la elección de Obama, y parece tan difícil recordar la esperanza de ese momento", escribió Sokol. A 50 años de la muerte de King, el predicador Nobel de la Paz que soñaba en una sociedad sin divisiones raciales y para impulsarla desafió costumbres y hábitos profundamente enraizados, su sueño parece a la vez, más cercano y más lejano.     POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS  
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