División se asoma en cumbre

LIMA. El tema central de la VIII Cumbre de las Américas es la "gobernabilidad democrática frente a la corrupción", pero está a la sombra del desaire del presidente estadounidense Donald Trump y la polémica situación de Venezuela. Salvo algunos acuerdos formales, no se espera que haya unanimidad en opiniones y visiones. La urgencia de enfrentar la corruptela enAmérica Latina es simbolizada por los escándalos alrededor de los sobornos de la empresa brasileña Odebrecht, que provocaron la revocación de los mandatos de dos presidentes —la brasileña Dilma Rousseff y el peruano Pedro Pablo Kuczinsky—, y sospecha y desprestigio para otros. Acuciante como es el problema, según palabras del presidente peruano Martín Vizcarra, la decisión del presidente Trump de faltar a la cita hemisférica relegó el tema a un segundo plano, mientras resaltó las complicadas relaciones entre EU y la región. Trump es el primer presidente estadounidense que se ausenta de una cumbre desde que el encuentro periódico fue iniciado por uno de sus predecesores, el demócrata Bill Clinton, en Miami 1994, para hacer hincapié en los intereses de su país en América Latina. A cambio, "su agresiva retórica y su errática política ya han agitado las relaciones interamericanas y han dejado desconcertados a los líderes del hemisferio", señalaron los especialistas Peter Hakim y Michael Schifter, del Interamerican Dialogue de Washington, en The New York Times. De hecho, las formulaciones estadounidenses sobre comercio, migración y medio ambiente ocupan el primer plano. El conflicto representado por Venezuela, que estará oficialmente ausente, es uno de los problemas que dividen ahora a la región, y se espera que esté en el centro de la polémica. Los jefes de Estado y de gobierno de 32 países, más el vicepresidente de EU, Mike Pence, y el canciller de El Salvador, Hugo Martínez, abordarán lo que los estadounidenses consideran el desafío de China, un competidor diplomático y económico cada vez más importante para los países latinoamericanos. Los estadounidenses habían planteado la importancia de crear un frente unido para resistir la intervención económica extracontinental, en una especie de edición de la "Doctrina Monroe", que el siglo XIX proclamó "América para los americanos" y justificó las intervenciones de EU en la región. El problema, sin embargo, es que China se ha convertido en el principal socio comercial para países como Argentina, Brasil, Chile y Perú, y una fuente importante de financiamiento para proyectos de desarrollo. A cambio, el estilo personal de Trump y su decisión de abandonar del propuesto TPP y renegociar el TLCAN en medio de constantes críticas a México, introdujo elementos de incertidumbre. "Pocos esperan que el vicepresidente llene el vacío dejado por la ausencia del Presidente",indicó la cadena de diarios McClatchy, que consignó que se espera sea el senador Marco Rubio quien "llene el hueco de liderazgo". Rubio dijo que buscará promover la agenda estadounidense en el hemisferio, sobre la seguridad en Honduras, las oportunidades e inversión en Ecuador, los vínculos con Colombia y la construcción de una coalición "por acciones más fuertes" en Venezuela. La delegación venezolana estará formada por la oposición, luego de que Maduro fuera "desinvitado" por buscar su reelección. No obstante, se prevé que sus aliados de Bolivia, Evo Morales, y Nicaragua, Daniel Ortega, expresen sus opiniones alto y claro. El único acuerdo que se espera sobre Venezuela se refiere a la gravedad de su situación, pero no respecto a sus orígenes y sus posibles soluciones. La demostración de las divisiones ideológicas en América Latina y un llamado empresarial por integridad y transparencia dominaron ayer los prolegómenos de la cumbre. No obstante, para el colombiano Luis Alberto Moreno, presidente del BID, las diferencias son una señal de que el sistema democrático funciona en la región. POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
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