Orión resucita

El otoño próximo será clave para la carrera espacial de Estados Unidos, la NASA probará en la Luna el proyecto con el que pretende llegar a Marte, se trata de un nuevo Sistema de Lanzamientos de Cohetes y la nave tripulable Orión. El vuelo experimental, que no llevará tripulación, consiste en un viaje de ida y vuelta a la Luna durante tres meses, lo que representará un tiempo récord, si es que se concreta, porque la misión se podría recorrer hasta 2020 debido a problemas de presupuesto. Una versión más pesada del cohete Space Launch System (SLS) despegará desde la modernizada rampa en el Centro Espacial Kennedy. Portará una nueva versión de la nave Orión dotada de un módulo de servicio suministrado por la Agencia Espacial Europea (ESA). La cápsula Orión, con una masa de casi 25 toneladas, mide 5 metros de diámetro y 3.3 metros de altura y tiene una capacidad para cuatro o seis tripulantes, y viajará a bordo de un cohete Delta IV. Cuando se emprendan misiones al espacio profundo, como a Marte o a un asteroide, se utilizará un lanzador mucho más potente que aún está en construcción. Durante la gestión del presidente Barack Obama, el proyecto Constelación, que contemplaba la cápsula Orión, fue suspendido en 2010 debido a los sobrecostos y retrasos, pero su sucesor Donald Trump reactivo la carrera espacial. La Mission Exploration 1 (EM1), como se ha nombrado a este proyecto, ayudará a la NASA a ultimar los detalles para la misión hacia el Planeta Rojo, estimada para 2021 o 2023.    
“Esta es verdaderamente una misión que va a hacer lo que no se ha hecho, y con la que vamos a aprender lo que no sabemos”, señaló Mike Sarafin, director de la EM1.
  [embed]https://youtu.be/eVVmFB1iX6s[/embed]   El plan de vuelo  Tras alcanzar la órbita terrestre, la nave espacial desplegará los paneles solares y la etapa superior del lanzador SLS, llamado ICPS (Interim Cryogenic Propulsion Stage). Esto le dará a Orión la capacidad de dejar la órbita de la Tierra y viajar hacia la Luna. Cuando llegue a su destino, Orión se separará del módulo ICPS, que entonces permitirá lanzar unos pequeños satélites, conocidos como CubeSats, para llevar a cabo experimentos y demostraciones tecnológicas. En su ruta desde la órbita de la Tierra a la Luna, Orión será propulsado por un módulo de servicio proporcionado por la ESA, que suministrará impulsión y energía (así como agua y aire a los posibles astronautas en misiones tripuladas). Orión pasará a través de los cinturones de radiación de Van Allen (en las proximidades de la Tierra), y volará más allá de la constelación de satélites GPS y por encima de los satélites de comunicaciones en órbita terrestre. Para comunicarse con el Control de Misión en Houston, Orión utilizará por primera vez en décadas la Red de Espacio Profundo. La ida a la Luna tardará varios días, durante los cuales los ingenieros evaluarán los sistemas de la nave y, cuando sea necesario, corregirán la trayectoria. Llegará a volar a cerca de 100 kilómetros por encima de la superficie de la Luna, y luego usará la fuerza gravitacional del satélite para colocarse en órbita a 70 mil kilómetros de distancia de la Luna, según la NASA.   Por: Israel López Gutiérrez
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