Éxodo, sin el reflector encendido

Cientos de nicaragüenses están saliendo de su país para tratar de buscar otras opciones en Costa Rica

Opacado por la salida sin precedentes de venezolanos que huyen de la severa crisis económica del gobierno chavista, Latinoamérica vive otro éxodo: nicaragüenses escapan a Costa Rica de la represión del presidente Daniel Ortega. Según un informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), unas 40 mil personas han emigrado a Costa Rica desde abril pasado. De acuerdo con el organismo de la ONU para Refugiados (Acnur) unos 24 mil nicaragüenses han buscado ingresar bajo la figura de asilo. En todo 2017, sólo 6,300 personas de todo el mundo buscaron asilo en ese país centroamericano.
"En los últimos meses, el número de solicitudes de asilo presentadas por nicaragüenses en Costa Rica y otros países aumentó de forma exponencial", declaró el portavoz de la ONU, William Spindler, en Ginebra.
La crisis política en Nicaragua, que suma siete meses, ha dejado al menos unos 535 muertos, según las ONG de Derechos Humanos, pero la cifra podría ser mucho mayor, ya que se asegura que hay un número negro de muertos por represión en las zonas rurales del país.   Ortega, que lleva 11 años en el poder, se niega a convocar elecciones anticipadas y califica las protestas en su contra como un intento de golpe de Estado. Los opositores detenidos han sido criminalizados y son acusados de ser terroristas. En julio se reportó que un grupo de 55 jóvenes huyeron por las veredas de Carazo a Costa Rica tras una matanza de opositores en ese departamento nicaragüense en el que se reportaron 24 muertos y unos 200 secuestrados. La expresidenta de Chile y alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, Michelle Bachelet, ha advertido de un aumento exponencial de emigrantes nicaragüenses. Además de Costa Rica, los oriundos de Nicaragua se han distribuido en países como Brasil, Honduras y El Salvador. En San José, la capital de Costa Rica, ya se han reportado casos de xenofobia.  

Represión se agudiza

En el informe "Violaciones de derechos humanos y abusos en el contexto de las protestas en Nicaragua", dado a conocer el 18 de agosto pasado por la ONU, se advierte de un patrón sistemático de agresiones a las garantías individuales en el país. El 18 de abril de este año estallaron las protestas en Nicaragua por dos causas: la lenta respuesta a los incendios forestales en la Reserva Biológica Indio Maíz y el anuncio de una reforma al Instituto Nicaragüense de Seguridad Social que no prosperó. Manifestaciones y barricadas en las calles fueron reprimidas por fuerzas paramilitares a favor de Ortega. Según la ONU, el régimen ahora ha procedido a criminalizar y perseguir "a todas aquellas personas que participaron en las protestas o que son de alguna forma percibidas como opositores al gobierno". En el reporte se documentan violaciones de derechos humanos que incluyen "el uso desproporcionado de la fuerza por parte la policía, que a veces se tradujo en ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas, obstrucción del acceso a la atención médica, detenciones ilegales con carácter generalizado, malos tratos y casos de torturas y violencia sexual en los centros de detención". La organización señala que en el país se vive un clima de miedo y desconfianza en las autoridades, a ello se suma una situación económica en deterioro.
"El nivel de persecución es tal que muchos de los que han participado en las protestas, defendido los derechos de los manifestantes o expresado una opinión disidente, se han visto forzados a esconderse, han abandonado Nicaragua o están tratando de hacerlo".
  POR ALEJANDRA MARTÍNEZ jrr  
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