La compañía de camiones vinculada con el reciente caso letal de tráfico de migrantes en Texas se estaba promocionando como un éxito de la economía norteamericana: una firma familiar cuyos choferes eran muy trabajadores y ayudaban a mantener funcionando a la economía de Estados Unidos.
Sin embargo, detrás de esa imagen estaba un negocio despiadado que burló las leyes federales durante años y aun así logró mantenerse a flote a pesar de sus problemas financieros y sus enredos con fiscales, reguladores y recaudadores de impuestos, según registros públicos y entrevistas con conductores que trabajaron para ella.
Ahora, Pyle Transportation enfrenta la mayor amenaza a su supervivencia hasta ahora, después de que uno de sus choferes por contrato independiente fue acusado el lunes de la muerte de 10 inmigrantes hallados en un sofocante remolque de un camión Pyle bajo el calor de 37 grados centígrados (100 Fahrenheit) de San Antonio.
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Los investigadores escudriñan la afirmación de Pyle de que no sabía nada sobre una operación que las autoridades federales han descrito como sofisticada y posiblemente vinculada con un cártel mexicano del narcotráfico. Los reguladores federales han lanzado una pesquisa sobre los antecedentes de la compañía en cuestiones de seguridad.
Lunes 9 de Diciembre de 2024