"México se ha convertido en uno de los destinos favoritos en los últimos años del tráfico de cocaína a través del aeropuerto Jorge Chávez de Lima”, reveló Héctor Heráclides Loayza Arrieta, director Antidrogas de la Policía Nacional del Perú (PNP).
El tráfico de cocaína a través de correos humanos y animales en el Aeropuerto Internacional de Lima busca pasar desapercibido a los ojos de la policía y la tecnología: Recientemente camuflaron 36 kilogramos de cocaína en dos jaulas de perros que su destino era México, una nación preferida para los traficantes aéreos.
Algunas de las personas detenidas en la terminal aérea peruana tienen vínculos y relaciones con integrantes de los cárteles de Tijuana y Sinaloa, señaló Loayza Arrieta a El Heraldo de México.
De 2013 hasta 2017 fueron capturados más de 138 burreros o mulas de nacionalidad mexicana, agrega el policía peruano, quien se encarga de combatir al crimen organizado que afincó operaciones en Sudamérica.
Hace una década México estaba en el mapa del crimen como cualquier otro país de América Latina y Europa para traficar droga desde Perú, el segundo productor mundial del alcaloide en el planeta, de acuerdo con la Organización de la Naciones Unidas.
En 2006, sólo el 2.6 por ciento de los detenidos en el aeropuerto de Lima por llevar consigo drogas su destino era hacia México. Todo cambió para 2016, cuando 35 por ciento de los capturados buscaban llegar a los aeropuertos mexicanos, según estadísticas de la Policía Nacional de Perú.
México desbancó a España y Holanda como el principal país receptor de droga enviada por aviones comerciales desde Perú.
Aproximadamente 90 por ciento de los extranjeros detenidos en Perú fue por tráfico ilícito de drogas en la modalidad de burreros, recordó Jérôme Mangelinckx, investigador de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC).
Estas personas provienen de 70 países, en su mayoría de Colombia, España, México, Bolivia, Portugal, Ecuador y Holanda, manifiesta el académico en la investigación Lucha contra las drogas en Perú: Una batalla perdida.
“Los burreros, en particular los extranjeros, representan también los últimos eslabones de la cadena del tráfico de drogas, y, al igual que las mujeres, son actores fácilmente intercambiables”, dice Jérôme Mangelinckx, quien también se encarga de defender en los tribunales peruanos a los detenidos.
“La detención (de los traficantes de droga) no afecta la dinámica del tráfico”, comentó. Aun así, se les castiga con penas muy altas sin acceso a beneficios penitenciarios, a pesar de su participación limitada. Perú es un país donde se cultiva la hoja de coca desde hace muchos años en la parte central de la sierra, pero a partir de los años 60 comenzó el tráfico.
Las condiciones y los climas de Perú son propicios para la producción de hoja de coca, un cultivo que no requiere ningún tipo de fumigación ni cuidado y crece de manera natural: “Eso favorece a las organizaciones que trafican con la hoja de coca”, dice el agente Antidrogas.
La Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas de Perú calcula que al 31 de diciembre de 2015, la superficie dedicada al cultivo de coca en el Perú se estimó en 40 mil 300 hectáreas. Eso significa que se redujo 6 por ciento, respecto a 2014. El kilogramo de cocaína estaba valuado en 745 dólares.
El director Antidrogas de la Policía Nacional de Perú cuenta que los burreros muchas veces declaran que traficaban cocaína a través de vuelos internacionales por necesidad económica o requerían de dinero para pagar tratamientos médicos.
A cambio, los narcotraficantes los compensaban con dos mil o tres mil dólares por viaje, dinero insuficiente para enfrentar las penas y pagar los abogados.
“Muchas veces les ofrecen que no les va a pasar nada y en caso de ser detenidos las darán ayuda legal o en el punto de destino le van a pagar el doble del dinero prometido por el envío”, comentó Loayza Arrieta.
“De una u otra manera son estafados y burlados, porque cuando son detenidos no llega nadie en su apoyo y desaparece toda la organización criminal”, dijo el agente de investigación.
Las organizaciones mexicanas, colombianas, europeas y estadounidenses tienen vínculos de financiamiento y coordinación con los grupos criminales de Perú, expresó el policía.
“Hay una transferencia de procedimientos, así como el modus operandi que se está empleando en México como es el sicariato y tratar de controlar territorios”, dijo Héctor Heráclides
Las organizaciones eran verticales y tenían un líder, pero hoy se han atomizado para evitar los riesgos de ser detenidos y muchas de las organizaciones que vienen del exterior a través de financistas que permanecen unos días en Perú, resaltó.
El gobierno de Perú hizo muchos esfuerzos en los últimos años para el combate de las drogas, algo que lograron con la cooperación de agencias como la DEA y con la Unión Europea.
Por si sólo ningún esfuerzo es suficiente para el combate del tráfico de drogas, toda vez que es una economía criminal muy grande a nivel internacional.
El gobierno de Perú estableció leyes muy duras para combatir al tráfico ilícito de drogas, la cuales establecen penas de entre 15 y 25 años por la comercialización. Si detrás de toda esa violencia se consuman delitos como el sicariato, se pueden hacer acreedores a una cadena perpetua.
La pena para un burrero suele ser de 6 años con 8 meses, una pena por debajo del mínimo de 8 años siempre y cuando admita su culpabilidad y se acoja a la terminación anticipada. No obstante, si la cantidad de droga sobrepasa los 10 kilos, la pena será de 15 años o más, por tratarse de una forma agravada.
LLEGAN EN BARCO A EUROPA
La puesta en marcha del Plan Colombia y Martillo provocó que Europa se convirtiera en el lugar preferido para enviar vía barco la cocaína producida Perú.
“Los precios en Europa se han elevado en los últimos años y cambió el destino de la droga para allá, por lo que trafican por la vía marítima y aviones”, expresó el director Antidrogas de Perú.
Anualmente, 45 por ciento de la droga levantada en Perú se trafica a través de la vía marítima.
“La mayoría de la cocaína sale con destino a Europa y tenemos casos que van para África y Centroamérica”, manifiestó Loayza Arrieta.
El comercio a través de la vía marítima es muy complicado por el control a la salida y entrada a los puertos: “En Perú todos los días salen 3 mil contenedores diarios, por lo cual es complejo revisar contenedor por contenedor”, concluyó el agente antidrogas de Perú.