Al menos 547 niños del famoso coro católico alemán de Ratisbona fueron víctimas de malos tratos, incluyendo violaciones, entre 1945 e inicios de la década de 1990, según un informe publicado este martes sobre uno de los peores escándalos de la Iglesia en Alemania.
De esos 547 niños y jóvenes adolescentes del coro Regensburger Domspatzen (los gorriones de la catedral de Ratisbona), unos 500 sufrieron maltrato físico y 67 fueron víctimas de agresiones sexuales, incluyendo violaciones, indicó Ulrich Weber, el abogado al que la Iglesia encargó arrojar luz sobre este caso, que estalló en 2010. El número total de víctimas podría ser mucho mayor, e incluso superar los 700 casos, consideró Weber en la presentación en Ratisbona (sur), del informe final sobre este escándalo que estalló en 2010. "Todos cometimos errores y hemos aprendido mucho", reaccionó en un comunicado el obispado de Ratisbona, quien desde entonces revisó y adaptó la pedagogía en el seno del coro. El balance presentado este martes es ampliamente superior a las cifras publicadas en enero de 2016, cuando un informe intermedio habló de 231 víctimas. Algunas dijeron que habían sido violadas. En febrero de 2015, las autoridades católicas locales solo habían reconocido 72. Los hechos se refieren a delitos y crímenes que van desde la privación de alimentación hasta la violación, pasando por golpes y agresiones sexuales. La mayoría de los casos prescribieron, por lo que los 49 presuntos autores de actos de violencia identificados en el informe no serían juzgados. No obstante, cada una de las víctimas debería recibir hasta 20.000 euros (23.000 dólares) de indemnización. Las víctimas describieron su paso por este coro milenario y mundialmente conocido como "una prisión, un infierno y un campo de concentración", "el peor momento de su vida, marcado por el miedo, la violencia y la angustia", declaró Weber. En enero de 2016, ya había hablado de un "ambiente de miedo" en el seno de la institución, que también cuenta con un establecimiento escolar que cubre desde el jardín de infancia hasta la educación secundaria. Según Weber, los casos de violencia fueron especialmente numerosos en la etapa de educación infantil.