Las células terroristas son casi invencibles, hasta la fecha poco se sabe sobre cómo obtienen el dinero necesario para actuar sin importar la zona geográfica. La estrategia por la cual opta el terrorismo es tan singular que ninguna agencia de seguridad internacional es capaz de definir con exactitud dónde será el próximo ataque. Lo único seguro es que cuentan con los fondos suficientes para mantenerse siempre activas.
Las transacciones bancarias que se utilizan en el terrorismo son menos sofisticadas de lo que se piensa, no obstante eso es precisamente lo que vuelve las tareas de rastreo tan complicadas, las sumas de dinero que se transfieren pasan desapercibidas porque en la mayoría de los casos las cantidades son tan pequeñas que no levantan sospechas: dinero para una familia, pago por servicios, renta de equipos, entre otros, que benefician a las células conformadas no sólo por los ejecutantes sino por las familias de éstos. A partir del 11 de septiembre de 2001 los bancos utilizaron sistemas para detectar transacciones sospechosas: cualquier depósito de inmediato era reportado a las agencias internacionales para tener cuidado y vigilar, en todo caso, a los presuntos terroristas, no obstante esas estrategias de los bancos ya son obsoletas porque la forma de operar de los grupos criminales cambiaron. Hoy el Estado Islámico cuenta con la organización necesaria para reclutar a militantes en todo el mundo y generar confusión, esto crea también incertidumbre en las investigaciones monetarias que no rinden frutos. Dan Stitt, un especialista en crímenes financieros que trabajó con HSBC, comenta que es casi imposible saber por qué vías se maneja el dinero del terrorismo y que la única forma para lograr encontrar patrones sobre el manejo económico de las células sería por medio de la Inteligencia Artificial. Hoy, la gran mayoría de los bancos de renombre a nivel mundial, están recurriendo a la tecnología para reconocer patrones errantes en las cuentas de sus clientes. QuantaVerse es una empresa de soluciones de riegos financieros que desarrollaron un programa de Inteligencia Artificial que les permite identificar el comportamiento económico mundial en minutos. Kevin Petrasic, miembro del despacho legal White & Case apuesta por las máquinas para predecir y calcular aquellas variantes que los humanos somos incapaces de calcular. En Estados Unidos los softwares para detectar lavado de dinero se han utilizado desde los años 70, pero dichos programas siempre han arrojado resultados con falsos positivos que entorpecen las investigaciones. Un estudio reciente del Dow Jones confirma que de un total de 800 especialistas que se han dedicado a buscar este tipo de transacciones, por lo menos un 40% de éstos han fracaso por los datos erróneos del software y esto provoca que se desvíe la atención de las regiones locales o internacionales donde en verdad se gestiona el dinero de los terroristas, según David McLaughlin, fundador de QuantaVerse