El camino de Vladimir Putin a su cuarto mandato se allanó considerablemente. A el único opositor y potencial candidato para disputar la presidencia en Rusia, Alexei Navalny, se le prohibió participar en la carrera electoral. Ahora llama a un boicot.
Basándose en una sentencia judicial, que el carismático opositor califica de montaje en su contra, la comisión electoral rusa votó por unanimidad, en una audiencia pública, el rechazo a la candidatura de Navalny presentada la víspera, al término de una jornada de movilizaciones a su favor.
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"Anunciamos una huelga de voto. Vamos a pedir a todo el mundo que boicotee estas elecciones, no reconoceremos los resultados", reaccionó el opositor poco después del anuncio de la comisión.
"El proceso al que estamos invitados a formar parte no es una elección. Sólo Putin y los candidatos que él ha personalmente elegido, los que no representan ninguna amenaza, pueden participar", explicó en un video difundido en su página web.
Esta decisión era previsible, puesto que esta comisión ya había advertido en varias ocasiones que Navalny no podría presentarse antes de 2028 debido a una condena judicial por desvío de fondos en un caso que se remonta a 2009.
La presidenta de la comisión, Ella Pamfilova, aseguró no tener "ninguna observación" respecto a los documentos aportados por el carismático abogado, repitiendo que se trataba de hacer respetar la ley.
"Es evidente que estos casos fueron creados para no dejarme presentar", denunció Navalny en los debates públicos anteriores a la decisión, basándose en una resolución de la Corte Europea de Derechos Humanos (CEDH).
Por AFP