El cerdo llegó junto con los españoles, ya que constituía parte esencial de su dieta, por lo que fueron traídos en grandes cantidades. Debido a su gran difusión por las tierras del nuevo mundo, algunos se llegaron a convertir en jabalíes o cerdos salvajes.
Su consumo siempre ha sido muy popular, ya que se puede conseguir a precios más económicos que otras carnes. Es un ingrediente arraigado en la gastronomía mexicana, en platillos tan tradicionales como el pozole, en el que se utiliza el hueso, la carne maciza y cabeza.
Otra preparación es la cochinita pibil, la cual está considerada como la más representativa de la cocina yucateca, es una preparación que se originó en la época prehispánica, en la que originalmente se hacía con venado y otros animales.
En la actualidad, se cocina en un horno convencional o se cuece al vapor. Generalmente la carne se sirve deshebrada para comerse en tacos con tortillas de maíz, acompañada con cebollas moradas curtidas o salsa xnipec.
El cerdo en verdolagas es icónico de todas las casas del centro del país. No sorprende que en todas las fondas se sirva, es un clásico.
Y ni qué decir de las carnitas, populares en la zona centro, especialmente en el estado de Michoacán, Jalisco, Estado de México y CDMX, donde se consideran dignas de festividades como bodas y bautizos. Hay negocios que sólo se dedican a vender esta especialidad y otros platillos derivados del cerdo como los chamorros.
Hablando de las bondades de este animal y el uso en la gastronomía no podemos dejar de mencionar el consumo de la piel, ya sea como los famosos cueritos, el chicharrón prensado o el chicharrón seco ¿Qué tal unos tacos de chicharrón en salsa verde o una gordita de chicharrón prensado?
También está el cerdo en momo, guiso de carne preparado con cebolla, jitomate y chile verde picado. La mezcla se cuece en una olla que se recubre con manta y una capa de hierba santa; la carne se coloca en el centro para que se cueza al vapor; y se tapa con hojas de plátano. Es típico de Tila, Chiapas; se acompaña con frijoles.
La manteca de cerdo, es básica, se utiliza en recetas tradicionales de tamales y moles. Se consigue cociendo la grasa hasta que se hace líquida, ésta se cuela y se deja enfriar; se debe conservar en refrigeración.
En fin, la variedad de platillos tradicionales en las que se utiliza el cerdo es grandísima, y todos deliciosos.
TOMAR EN CUENTA
- Cada 100 gramos de chuleta de cerdo contiene 64 calorías; las mismas que contiene un vaso de leche.
- Cada 100 gramos de costilla de cerdo contienen 226 calorías; las mismas que un aguacate.
- Es una fuente de ácidos grasos esenciales, que nos ayudan a mantener unos niveles adecuados de colesterol.
- El 70% de la grasa de la carne de cerdo es subcutánea, facilitando la extracción de esta antes de su consumo.
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Por Lula Martín del Campo
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