La cocción ideal de los crustáceos

Forman parte de la familia de los mariscos y se caracterizan por tener una concha firme en el exterior como la langosta, el cangrejo, los camarones y los langostinos.

Su cocción es fácil, pero muchas veces a la gente se le pasa, lo que demerita muchísimo el sabor. No hay nada peor que un camarón pasado de cocción, ya que la piel se pega a la carne y es casi imposible de separar, además de que su tamaño se reduce como 10 veces.

Los crustáceos pueden cocinarse de todas las maneras, son versátiles y dependiendo de su tamaño es el tiempo que deben de cocinarse para no dejarlos ni crudos ni pasados, pero es importante saber las señales que nos dan para saber cuándo están listos.

El caparazón mejora el sabor en la cocción. Foto: Especial.

El momento es cuando cambian su color a un naranja o rojo precioso, pero existen otras formas de saber si están cocidos: los camarones y langostinos empiezan a curvearse y en cuanto parecen "u" están en su punto, pero si más bien hacen una "o", quiere decir que se pasaron.

La cocción de la langosta es algo serio. Si la compras viva necesita morir libre de tensión o su carne estará dura. Hay una forma más fácil que ponerla en agua hirviendo, la cual es dolorosa, el animal se tensa y, por lo tanto, el resultado de la carne no va a ser el mejor.

En cambio, la mejor manera es esperar a que esté relajada y de un golpe rápido y seguro, meter el cuchillo a la mitad de su cabeza, así no se tensará y tendrá una muerte digna y rápida. El resultado: una carne deliciosa. Su cocción es más lenta que la del camarón, un kilo tarda 20 minutos.

El cangrejo es especial ya que pasa por dos facetas en las que se pueden comer, ambas de sabores muy distintos. Cuando muda de caparazón se conoce como cangrejo de concha suave y es el momento en el que se puede ingerir incluso con concha, he de confesar que es mi versión favorita.

POR ANA MARTORELL - CHEF