Filipinas, uniforme con elegancia de los chefs

¿Por qué los chefs usan filipinas? Se dice que no se les llamó así hasta los años 20, y que fue el cocinero Auguste Escoffier quien bautizó a esta prenda, pero esta camisa se remonta a hace varios siglos.

Se dice que en el siglo XV la rebeldía de los chefs en su estilo llevó a muchos hasta la cárcel, ya que varias veces fueron perseguidos injustamente por sus pensamientos. En esa época y con afán de pasar desapercibidos, empezaron a esconderse en los monasterios y como parte de esto, comenzaron a vestirse como sacerdotes, con la única diferencia que el color de su ropa era gris y no negra. Pasado este tiempo y por higiene, la filipina cambió su color a blanco, ya que refleja cuidado y limpieza en la cocina.

Estas filipinas se crean para aislar al chef de las salpicaduras de los aceites y de las altas temperaturas. Por esto, deben ser de manga larga, aunque hoy en día, por moda, las encontramos de manga corta, pero su función principal es proteger al cocinero de quemaduras y sin mangas no se logra tal cometido.

Antes, los chefs debían de ir rigurosamente vestidos con cada una de las partes del uniforme, actualmente para nuestra comodidad cada vez se usa menos el gorro, que tenía una función curiosa, ya que por el calor, los chefs se ponían una bolsa con hielos debajo para que se pudieran refrescar.

También, por el tipo de uniforme, se podía saber el rango. Sólo los cocineros de mayor estatus y con escuela culinaria superior podían portar pantalones negros en vez de los de cuadros y podían cambiar el color de la filipina.

Ahora ya hemos perdido estas costumbres y encontramos filipinas de colores en todas las cocinas.

TIPS DE ANA MARTORELL

  • ¿Sabes cómo quitarle las manchas a las filipinas, mandiles, o a tu ropa? Es importantísimo tallarlas antes de lavarlas.?
  • La próxima vez que vayan al súper corran a comprar el desmanchante más efectivo, se llama "El Mago". Esta marca tiene ?una versión para cada una de las manchas, así es que yo les recomiendo que se compren absolutamente todos.

POR ANA MARTORELL - CHEF