Con una propuesta moderna que no olvida lo tradicional, una imagen renovada y una nueva ubicación, lo mejor de ZERU se transformó en algo aún más interesante y es que su cocina está cargo del Chef Israel Aretxiga, cuya experiencia y pericia destacan en el mundo de la cocina vasco-francesa. Sin duda, su formación en las mejores cocinas del mundo y su larga trayectoria a pesar de su corta edad, se reflejan de manera ideal en lo que hoy el restaurante ZERU ofrece a sus comensales.
Parecería que la genialidad de su carta no olvidó ni una de aquellas preparaciones en las que la cocina española arraiga su grandeza. Desde lo más simple como lo es un pan tomate hasta lo más complejo como lo puede llegar a ser un lechón a la segoviana, la propuesta gastronómica de ZERU, te transporta al lugar de origen de sus platillos. Su carta incluye una gran variedad de entradas y entremeses para comer al centro, ensaladas, sopas, arroces, pastas y por supuesto, una atinada selección de pescados y carnes. Cada plato preparado de manera estratégica y con la técnica adecuada para que cada uno de los ingredientes resalte dentro de cada bocado sin olvidar que también cuentan con una amplia lista de buenos vinos, excelentes licores y creativa mixología.
ZERU cuenta con un salón interior lleno de mesas redondas y cuadradas, con sillas y sillones, una barra al fondo del salón que brinda gran vida y dinamismo al espacio y además, un salón abierto en donde un buen puro puede ser muy bien disfrutado. Todo esto acompañado de una decoración estilo vintage que rodea al comensal creando un ambiente similar al del típico caserío de la costa vasca. Dicha combinación convierte a este restaurante en el lugar ideal tanto para una junta de negocios, como para una tarde de copas con los amigos o hasta para una cita romántica. Cada espacio, cada mesa y cada rincón de ZERU, aporta una sensación única al comensal.
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Por: Paola Coello
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