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Sazón español que llega a San Ángel

conocido por su comida casera española, Este sitio gastronómico tiene una nueva ubicación y una cocina más detallada, pero mantiene la misma esencia de hace 11 años, cuando se inauguró

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Esta semana se presentó el restaurante Zeru, un must en el sur de la CDMX que se renueva con su nueva ubicación, en Revolución 1547, San Ángel. Entre los cambios que se implementaron destaca que ahora ofrece servicio de noche con un menú más relajado y mediterráneo.

El sitio gastronómico de larga trayectoria cuenta con un ambiente más cómodo y elegante que invita a la sobremesa y a las buenas pláticas, pero sobre todo conserva su esencia desde hace 11 años, cuando surgió: el sabor de la comida casera española.

Así, los clientes podrán seguir disfrutando de platillos tradicionales de la Península Ibérica, tales como el pulpo a la gallega, tortilla de patatas con huevo orgánico, revuelto de bacalao, piquillos rellenos de rabo meloso, callos a la andaluza, o bien unos txipirones con en su tinta con arroz blanco.

[caption id="attachment_759230" align="aligncenter" width="600"] Paella a las brasas, con mariscos y embutidos. Foto: Daniel Ojeda.[/caption]

Cabe señalar que los chefs Israel Aretxiga y José Luis Escobar están a cargo del restaurante. En este sentido, el chef Aretxiga explicó que, pese a que se van a sumar platillos, la carta anterior se mantiene. “Es importante que la gente tenga presente que la cocina española continúa, para que los comensales sigan degustando los platillos que han caracterizado a Zeru, por ejemplo: las croquetas tradicionales de jamón serrano”.

Con este cambio se pretende sorprender al cliente, quien gozará de un nuevo montaje y estética de los platos, con platillos como ceviche cítrico de pulpo y robalo con aguacate, pulpo a las brasas, tiradito de atún con hinojo, jengibre y yuzu, y tarta de salmón fresco con manzana y jocoque.

[caption id="attachment_759234" align="aligncenter" width="600"] PARA COMPARTIR. Tostaditas de jaiba con guacamole. Foto: Daniel Ojeda.[/caption]

La oferta es amplia; entre los platos principales, el comensal puede elegir unos camarones gigantes a la sal con alioli, raviolis caseros de ricotta y camarón, lasaña al horno con hongos y parmesano, fettuccine en salsa de espinacas con piñones y pancreato, robalo brasas con tahini y verduras orgánicas al carbón.

“El sello de Zeru continúa, así, los clientes que han visitado el restaurante durante 11 años tendrán la confianza de probar el lechón que tanto les gusta, en un lugar con un diseño fresco que los apapache”, compartió el chef Israel.

DETALLES

El antiguo Zeru tenía una pizarra enorme donde se escribía a diario el menú del día, de hecho, cuando un plato se terminaba, algún miembro del equipo lo borraba. Esta parte del restaurante se retomó en el nuevo proyecto, pero de manera individual en las mesas, así es como se han integrado matices del viejo Zeru en la nueva ubicación. [caption id="attachment_759251" align="aligncenter" width="600"] El menú es más amplio para los diferentes gustos culinarios. Foto: Especial.[/caption]

“Es importante resaltar que los comensales que ya ubicaban al otro Zeru contarán con el mismo equipo de sala, (como) los tres capitanes, quienes se caracterizan por ofrecer un servicio personalizado; son ellos quienes ya ubicaban a los clientes frecuentes”, explicó el chef.

El “nuevo Zeru” cuenta con una terraza inmejorable; es un espacio con un ambiente cálido para tomar buenos vinos blancos o coctelería de la casa, mientras se degustan unas croquetas de hongos y parmesano, una tostadita de jaiba con guacamole, brioche de foie e higos, olivas andaluzas con queso manchego, pan tomate con jamón serrano, y empanadas con queso brie y almendra, entre otros platillos para compartir.

UN DULCE CIERRE

El postre es el toque final de toda comida y de la cena, y aquí no podían dejar de tener relevancia. Son los rollitos de ate de membrillo rellenos de queso, maracuyá y nuez, y la tarta de almendra, los que agregan el toque dulce en Zeru.

Tiene una carta tradicional con toques contemporáneos. Foto: Especial.

Por Adriana V. Victoria




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