Apasionada de México y sus sabores, reconocida y carismática, Martha Ortiz Chapa, chef de Dulce Patria, define el sabor de México como de alto contraste, histórico, femenino y, sobre todo, apasionado.
Afirma que la cocina es capaz de transmitir innumerables sentimientos como la nostalgia, la alegría e incluso el dolor. Para ella, la cocina es como un lienzo maravilloso de sabores, colores, silencios y música, el cual refleja lirismo y elegancia a través de sus platillos.
Dulce Patria, asegura la chef, "es un espacio poético y femenino en el que, mes a mes, se puede vivir una pequeña narrativa, la cual tiene que ver con un menú que integra conceptos, los cuales nuestros coleccionistas de platillos se llevan en el corazón en cada visita.
Por ejemplo, todos los meses de marzo hacemos 'fantásticas y maravillosas', una carta dedicada a las mujeres que han vivido en este país cosas extraordinarias. Con platillos surrealistas, cada creación hace un homenaje a personajes como Kati Horna, la fotógrafa, hasta Frida Kahlo".
Platicar con Martha es todo un viaje por los sabores y colores de nuestra gastronomía. Es una experiencia que te transporta a cada rincón del país y que transmite anhelo por experimentar una explosión de sensaciones, justo debajo del paladar.
ELLA CANTA
Esta es su nueva obra de arte en Londres, Inglaterra. Es un concepto integrador que trata de ser un restaurante sinfónico, el cual cuenta con un sinfín de sonidos que se convierten en sabores y crean altos contrastes que logran enamorar a propios y extraños, tarea nada sencilla en una ciudad tan cosmopolita como Londres.
Este destino lo eligió por ser una capital interesantísima llena de grandes museos, diseñadores y restaurantes, "qué mejor que un lugar tan tradicional como Ella Canta esté ahí, en esa ciudad tan dinámica. Ella Canta termina siendo, justo ahí, un lugar moderno", aseguró.
"En Londres he encontrado que la sociedad inglesa es muy abierta, hay grandes restaurantes hindús, cuentan con una cocina cargada de cultura. Finalmente es una isla y a una isla llegan muchísimas influencias, y me parece extraordinario poder poner en este viejo mundo una cocina del nuevo mundo”.
LA EQUIDAD
"Dulce Patria es un restaurante en donde damos gran importancia a la equidad de género. Tratamos de tener 50-50, buscamos vivir este nuevo feminismo que la gente, en ocasiones, mal interpreta. Simplemente es la igualdad de salarios. Siempre he creído en el poder de las mujeres, en su poder profesional y en su capacidad de ser grandes profesionales”, sentenció Martha.
EL PORVENIR
Como apasionada de los sabores Martha disfruta al transmitir sus conocimientos. Es por ello que trabaja en un nuevo libro, el cual lleva por nombre María va, recetas para las mujeres con grandeza, que es un compilado de empoderamiento, de cómo crear con nuestra vida y por nuestra vida la mejor receta.
POR CRISTINA MIERES Y RAFAELA KASSIAN

- En Dulce Patria siempre se terminan las comidas con un plato de pequeñas golosinas, las cuales para la chef son tesoros. El plato lleva: un juguetito con lírica y movimiento, glorias del norte, unos polvorones de cacahuate, una paleta de chamoy, un chocolate con amaranto, unas gomitas de chabacano y unas bolitas de tamarindo. Dulces que sólo México nos sabe regalar.
- Como buena artista, conocedora, entregada y convencida de las riquezas que se pueden ofrecer a los que admiran el arte, en este caso el arte del buen comer, Martha no deja de pensar y de crear. no deja de enaltecer lo que nos ofrece nuestro país.
- Las delicias de cada ingrediente, los colores, las texturas, los olores, los sonidos, las combinaciones, todo, lo transmite con elegancia también en sus libros y en sus pláticas. Es un placer poder decir que es mujer y que es mexicana. Gracias Martha por darnos tanto y por demostrar que la esencia de nuestro México trasciende fronteras.
- Dulce Patria ofrece creaciones como el Ceviche vampiro, que es un clásico. El Pato con mole negro o La María en curso, que es un postre divertido y maravilloso que, mes a mes, cambia de sabor, de nombre y de características.

