Situada en una casona de principios de 1900, en la colonia Roma, Sobremesa sorprende por la originalidad de su concepto, por su acogedora decoración y sobre todo por esa gran idea que Micaela Miguel, hija de la chef Mónica Patiño, y su socia Lucía Benítez desarrollaron con el objetivo de transmitir que, a través de la cocina, se puede compartir, convivir y crear lazos increíbles al momento de despejar la mente e involucrarse al cien por ciento al arte de cocinar.
Así, Sobremesa busca con clases, algunas impartidas por ellas y otras por chefs famosos de la ciudad, ofrecer experiencias gastronómicas únicas a sus visitantes.
El fin de este taller es tener un punto de encuentro en la cocina, en donde la gente se reúna y se relaje. Un espacio de interacción para conocer nuevas técnicas y personas. Un sitio en el que la gente se atreva a hacer cosas que jamás imaginó. Para algunos, el miedo y la resistencia son factores que los alejan de los fogones, sin embargo, ellas tienen el propósito de terminar con esas sensaciones y lograr que sus comensales disfruten, al tiempo que se sienten como en casa.
https://www.youtube.com/watch?v=OiLXXIpOsMIOfrecen dos servicios: las clases de cocina, de las cuales existe un calendario mensual, y las cooking parties, que son experiencias, en donde además de pasar un gran rato con familiares o amigos, se aprende a cocinar.
Sobremesa surgió porque ambas tenían ganas de experimentar. Querían ir más allá del típico restaurante y de la típica clase de gastronomía, añoraban crear conciencia alrededor del acto, explorar los beneficios que esto puede traer, así como la calidad de los ingredientes que se utilizan. Quieren que la gente cocine un poco más en sus casas.
Para Micaela y Lucía guisar significa darle un plus a lo que se está haciendo: “Es muy diferente el valor que le das a un platillo si llegas y ya está hecho a cuando tú lo haces, eso tiene un significado mucho más profundo. La sobremesa es todo el resultado de esa interacción al compartir”, señaló Lucía.
“Existe un interés por aprender a cocinar, cada vez hay más personas conscientes de la salud y eso también nos interesa. Nosotras creemos que hay que comer de todo y en conciencia, haciendo una mejor selección de los ingredientes. Para nosotras eso es natural, ya que las dos crecimos en circunstancias en donde la cocina era algo cotidiano, pero, no todo mundo vivió lo mismo y a través de este espacio lo podemos transmitir”, compartió Micaela.
PERDERLE EL MIEDO A LA COCINA
Para los chefs dar clases en Sobremesa ha sido una muy buena experiencia. Es volver a conectar con la cocina, pues en su vida diaria dar cátedra no es algo recurrente y, por supuesto, a la gente le gusta tener contacto directo con ellos.
Por otro lado, Sobremesa también fomenta las acciones sustentables y busca generar alianzas con asociaciones como La Table de Chef, que trabaja por reducir el desperdicio de los alimentos.
Entre sus próximos planes, está la construcción de un huerto en la azotea del lugar para tener de primera mano todos los productos que ocupan en las clases, además de que en ellos se instruirá sobre el mantenimiento de huertos, con el único fin de que la gente pueda tener en la ciudad y en cualquier espacio con macetas o balcones algunos ingredientes básicos.
La dinámica de las clases en Sobremesa depende del chef y del tipo de evento, pueden ser participativas o sólo demostrativas. Cada clase tiene tres recetas y el grupo se divide en equipos. Al concluir todo termina en la mesa, se sirve y se dedica un buen rato para la sobremesa.
“Para mí lo más importante es que esto lo hacemos porque es en lo que creemos, es lo que nos apasiona, es algo muy sincero. Es con lo que conecto. Lo hago con todo el cariño y eso se transmite a la gente”, aseguró Lucía.
PRODUCTOS LOCALES
En Sobremesa se trata de consumir productos directamente del campo. Aquí también se trata de resaltar la importancia de la calidad de los ingredientes y, siempre se procura enseñar a los comensales cómo consumir productos locales, la mayor parte del tiempo.
“Algo que nos gusta resaltar es que la cocina es estar presente. La realidad es que cada vez estamos menos presentes en lo que hacemos.
En cuanto te pones a cocinar estás con todos tus sentidos y eso te libera, además, al hacerlo con las manos existe una conexión especial, la gente se relaja y deja de pensar, aunque sea por un instante, en sus problemas cotidianos”, finalizaron las expertas en cocina.
Por Cristina Mieres y Rafaela Kassian
Fotos: Edgar López