
Como muchos de ustedes se imaginarán, los
nutriólogos sabemos cuántas calorías tiene cada alimento, cuántos carbohidratos, proteínas o grasas tiene tal o cual comida, pero lo que nadie se imagina es que reaccionamos como cualquier otro ser humano, también se nos antoja todo. Sí, así como lo lees.
A pesar de que, día a día, ves todo lo contrario en redes sociales, a muchos nutriólogos nos gustan los postres, comer helado, la comida frita y también tomar vino.
Contrario a las imágenes de perfección y
comida saludable que hay en redes sociales, considero que un verdadero nutriólogo no es aquel que sólo come orgánico y healthy todos los días, sino quien sabe balancear y reconocer los tropiezos. En vacaciones se vale salir de la rutina y comer cosas que normalmente no comeríamos en nuestra vida cotidiana.
Hace un tiempo hice un viaje de seis semanas en el que realicé de todo: ejercicio, aprendí de vinos, fui a la playa y sobretodo comí. Sí comí. No como si no hubiera un mañana, comí tratando de evitar los pensamientos que te dicen que vas a subir de peso y disfrutando de cada platillo y del momento.
Así, me dediqué a buscar restaurantes ricos por todos los lugares que visité y me di cuenta de que soy buena para eso. Tengo buen ojo para los restaurantes y no sé si fue suerte, pero caí en lugares deliciosos.
Comí desde un pulpo marinado en especias y vino, hasta una tarta de naranja horneada por una abuelita de Croacia. Algo que hace unos cinco años no hubiera podido lograr, lo logré en este viaje.
Disfruté de cada bocado, de cada platillo y de cada sabor. Sobre todo, agradecí el poder estar ahí.
La conclusión de todo esto fue que disfruté, saboreé y aprendí a balancear. Como les dije anteriormente, no se trata de comer como si no hubiera un mañana, sino de intentar balancear para que en el día a día no hayan excesos.
ALGUNOS CONSEJOS
Si te preocupa subir de peso
- Seguro vas a subir. Intenta comer disfrutando cada bocado y no te llenes. Escucha a tu cuerpo y relájate.
Si sabes que vas a pedir postre
- Procura empezar tu desayuno ligero: pide sólo unos huevos con verduras y algo de fruta. Sáltate el pan.
Si desayunas fuerte
- Por ejemplo, huevos con tocino y un waffle, recupérate en el día comiendo verduras y proteínas.
Si vas a tomar bebidas alcohólicas
- Evita el pan y las pastas. Considera a tu bebida como carbohidrato.
Por
Mariana Godoy