ESCAPADA H

Sostenibilidad, lujo y bienestar: Hotelería consciente en la Riviera Maya

Un nuevo tipo de turismo –comprometido con el bienestar natural y social de su entorno– se desarrolla en el Caribe Mexicano. Lujo, sostenibilidad, innovación y armonía son las claves que lo explican.

ESTILO DE VIDA

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Los espacios abiertos y la arquitectura que respeta el protagonismo de la naturaleza, están al centro de una hotelería bien incorporada a su entorno. FOTO: CORTESÍACréditos: FOTO: CORTESÍA

Los senderos que serpentean entre los canales y el manglar trazan un elegante laberinto que invita a los huéspedes a extraviarse en el ecosistema: los espesos muros de hojas y madera, el rumor de los canales que se extienden al otro lado, las voces de las casi 80 especies de aves que nos acompañan y el infinito azul del cielo que se extiende hasta el mar, componen una postal perfecta del Caribe, en donde nosotros, los viajeros, asistimos al espectáculo natural sin otra preocupación que gozar de sus riquezas ni otra responsabilidad, más que protegerlas.

Inaugurado en 2008, Rosewood Mayakoba –una de las cuatro propiedades de la cadena de ultra lujo en nuestro país y la segunda que abrió sus puertas en el complejo de Mayakoba, ubicado a una hora desde el aeropuerto de Cancún y a sólo 10 kilómetros de Playa del Carmen– se antoja como el lugar ideal para explorar una faceta del turismo mucho más comprometida con la conservación de su patrimonio natural, el desarrollo de su entorno social y el impulso de su deslumbrante herencia cultural. En una región que, antes de la pandemia, podía recibir hasta a 40 mil visitantes diarios y que, en el segundo semestre de 2021 espera dar la bienvenida a seis millones más, un resort de 129 suites que ha entendido que el verdadero lujo supone una relación de armonía entre los viajeros y el destino, representa una bocanada de aire fresco y el punto de partida para replantear nuestra manera de explorar un destino, sin comprometer su integridad.

“Que el hotel tuviera, en su ADN, la voluntad de hacer las cosas bien, fue clave”, recuerda Juan Pablo Loza, director de operaciones culinarias, sobre los primeros pasos que dio desde las cocinas de Rosewood para reforzar las buenas intenciones de la firma con estrategias concretas, como apoyar a los productores locales, conocer y respetar las temporadas de veda, y reducir la presencia de carne en los menús (acciones, no está de más recordarlo, que que suponen un desafío particular en un hotel acostumbrado a recibir a visitantes de todo el mundo, diferentes edades y, en ocasiones, por largas temporadas). “Antes, le comunicábamos estas iniciativas a los huéspedes pero no parecía importarles mucho. Ahora, son ellos quienes nos preguntan y nos lo exigen”. La apuesta por una cocina consciente, nos dice el chef, fue acertada.

Cuerpo, mente y entorno

Decidido a seguir innovando y atento a las tendencias que impulsan al sector de lujo alrededor del planeta, actualmente, el resort lleva a cabo el que quizás sea su paso evolutivo más ambicioso. Amparado por la inclusión de unas Wellness Suites, a principios del año pasado; la consolidación de un programa de ejercicio que incluye clases como yoga, yoga flotante y Bosu; la reinvención constante de los platillos y bebidas, procurando recetas más saludable, y el desarrollo continúo de nuevas experiencias en torno al Sense Spa, ubicado en su propia isla, el hotel se está transformando, paulatinamente, en un centro integral de bienestar, erigido, al mismo tiempo, en prácticas aprendidas en otras latitudes y el conocimiento ancestral que sobrevive en la península de Yucatán. Los últimos dos planes que ha desarrollado –tanto, Camino a la Resiliencia, enfocado en “renovar la resistencia natural del cuerpo a infecciones y enfermedades”, como un completísimo programa de tratamientos ayurvédicos– son testimonio de que la salud del paraíso está sujeta a su capacidad de reinvención.

En la agenda:

Nos vemos en la barra

El nuevo Zapote Bar, desdibuja los límites entre la barra y la cocina. “Me gusta pensar que es un bar de chefs o un restaurante de mixólogos”, explica Juan Pablo Loza. Con un menú de cocteles “de raíces ancestrales” (como el imperdible Mayayo, con ginebra Katun, naranja, guayaba y hojas de limón), ideado de la mano de Alberto González y José Luis León, de la Licorería Limantour en la CDMX, es el nuevo lugar obligado en la Riviera Maya.

Foto: Cortesía

Pasado y presente

El compromiso con la innovación se revela en la constante reinvención de la oferta de bienestar. Tras presentar su original Camino a la Resiliencia, dedicado a fortalecer la salud de los huéspedes a través de técnicas naturales y ancestrales, Sense Spa presenta, ahora, dos programas, inspirados en la sabiduría ayurvédica para procurar el balance entre el cuerpo y la mente, que incluyen, cada uno, una consulta personal de 40 minutos y tres sesiones.

Foto: Cortesía

Casa buena

Situadas en la misma isla que aloja al spa, las Wellness Suites invitan a los visitantes a emprender un comprensivo viaje de sanación. Completas con un pabellón de meditación, una fuente de reflexología, amenidades de aromaterapia, inciensos de copal, acceso a algunas clases en el spa y el acompañamiento de un “mayordomo de bienestar” durante tu estancia, son la vía de acceso a un viaje transformador y de completa inmersión en los ritmos de la naturaleza caribeña.

Foto: Cortesía

Por Domingo Álvarez

PAL