En la última década se ha visto un incremento significativo en relación a las alergias alimentarias, las causas de ello son multifactoriales, el cambio en el medio ambiente, la forma de alimentación de la mamá durante la gestación, la forma de nacimiento y tipo de alimentación al nacer ya sea por fórmula o lactancia materna y el tipo de alimentación durante los primeros 1000 días de los niños, estos factores entre otros pueden llegar a modificar el sistema inmunológico e impactar en la manera en la que nuestro cuerpo reacciona ante ciertos alimentos.
Una alergia alimentaria ocurre cuando el sistema inmunológico ataca a la proteína del alimento y lo traduce como una amenaza, por lo que se generan respuestas ante este ataque como afecciones cutáneas, diarrea, vómito y hasta problemas respiratorios.
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Una intolerancia alimentaria no se relaciona con el sistema inmunológico y no es una amenaza para la salud, aunque comparten síntomas similares.
Para determinar una alergia alimentaria es necesario un diagnóstico exacto de un doctor y así determinar el rumbo del tratamiento.
Alérgenos comunes
Las alergias más comunes se derivan de nueces y semillas (cacahuate, almendra, pistache), alergia a la proteína de la leche de vaca, pescado, huevo, soya y trigo.
Las alergias a la proteína de la leche de vaca, huevo, soya y trigo pueden desaparecer con el tiempo pero las alergias a las nueces, semillas y pescado pueden durar toda la vida.
La Asociación Americana de Pediatría determina en sus nuevas guías de alimentación complementaria iniciar la introducción de alimentos alergénicos antes de los 10 meses de edad para reducir la aparición de alergias, es por eso que estos alimentos se deben de introducir de manera oportuna y precisa para garantizar su tolerancia a excepción con la leche de vaca que esa se debe de introducir hasta el primer año de vida, pero se pueden presentar derivados de lácteos antes del año.
Siempre en este proceso es de suma importancia ir de la mano con un profesional de la salud para garantizar la seguridad y correcto desarrollo.
La lactancia materna es una excelente fuente de nutrientes, anticuerpos y proteínas que ayudan a reducir el riesgo de alergias alimentarias y ambientales.
Seguridad para un niño con alergia
Si el alergólogo pediatra ya diagnosticó, examinó y confirmó una alergia se debe de tomar acción sobre los alimentos que se deben de eliminar por completo de la dieta del niño. Es importante leer correctamente las etiquetas nutricionales para asegurar que no exista el ingrediente alergénico en los alimentos que estamos ofreciendo, aunque sean cantidades muy pequeñas de ese alimento alergénico puede causar reacciones sumamente peligrosas.
Asimismo es importante concientizar al niño para que evite el consumo del alimento al cual es alérgico.
Llevar un patrón saludable de alimentación supervisado por un nutriólogo será de suma importancia para conocer las sustituciones del alimento alérgeno y encontrar las opciones adecuadas para su desarrollo
Tener un grupo de apoyo familiar y social será la clave para promover seguridad y tranquilidad.