La cerveza, clara u oscura, es un gran antídoto contra el calor que ya comienza a sentirse en las calles pues estamos a unos cuantos días de que inicie la primavera; sin embargo puede que -como todo- tenga que consumirse con "medida" y precaución pues además del alcohol, la bebida suele tener una cifra considerable de calorías que pueden hacernos aumentar de peso.
Pese a que en realidad una porción de cerveza tiene menos contenido calórico que una copa vino, puede que al final la cantidad de líquido o el tipo juegue en nuestra contra.
¿Cerveza o vino? ¿Cuál es mejor?
Los ingredientes esenciales para hacer cerveza son cuatro: agua, malta, lúpulo y levadura. Cada uno de estos cuatro ingredientes tiene su objetivo y todos aportan características para hacer de la cerveza una bebida única. Y si bien existen docenas de tipos de malta, decenas de familias de lúpulo y más de 1000 cepas de levadura, siempre se va a requerir alguna de estas para la elaboración de cerveza.
En tanto el vino tiene como ingredientes principales agua y uvas; sin embargo los procesos químicos que suceden durante la elaboración de esta bebida dan lugar a que se produzca alcohol, ácidos y azúcares.
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El volumen alcohólico de ambas bebidas dependerá de la elaboración, añejamiento e incluso de la pureza de los ingredientes.
Pero, ¿cuál engorda más?, la respuesta la dan desde el Colegio de Dietistas y Nutricionistas de Castilla y León: A pesar de que el vino contiene más calorías (70 por ml frente a las 50 de la cerveza), es la cerveza la que nos engorda más normalmente.
La razón por la que nos "engorda" más la cerveza es porque tomamos más cantidad.
Normalmente si bebemos vino no nos bebemos caguama tras caguama, mientras que en una tarde de cervezas no es raro que caigan bastante más consumiciones. Una única lata de cerveza tiene 139,92 kcal, las caguamas tienen más además de 10 gramos de hidratos de carbono y 13 gramos de alcohol.
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