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¿Tu perro necesita vitamina C? Descubre cómo calcular la dosis que necesita

Las vitamina C ayuda a que tu perro crezca de manera sana; descubre cómo implementar este poderoso nutrimento en su dieta con estos tips

ESTILO DE VIDA

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Foto: Especial.

Tu perro es parte de tu familia y seguro quieres darle todo lo que necesita para crecer fuerte y feliz. Una dieta equilibrada y rica en vitaminas y minerales es ideal para su salud y su buen desarrollo.

Las vitaminas contienen nutrientes indispensables para la vida y el correcto funcionamiento de su organismo. Es esencial que incluyas vitamina C en su dieta, pero antes de hacerlo es necesario que conozcas algunas particularidades: qué es, para qué sirve, qué alimentos la contienen y cuáles son los signos que indican que hay un exceso.

Conoce las características de este poderoso nutriente.

¿Qué es la vitamina C?

Los expertos aseguran que la vitamina C debe ser consumida por tu perro en su dieta diaria. Se trata de un micronutriente que puede encontrarse en dos formas: la primera y más popular se denomina ácido ascórbico, y la segunda es el ácido dehidroascórbico.

El ácido ascórbico es generado por tu can en su mucosa. Muchas veces la cantidad que consiguen producir llega para cubrir sus necesidades, aunque puede haber excepciones que tendrán que completar la dosis con una dieta de calidad.

La vitamina C es hidrosoluble, lo que significa que se disuelve en agua, por ello, se trata de un nutriente que no puede almacenarse en el organismo durante mucho tiempo; es más, se desecha a través de la orina.

Cuando hay carencia de vitamina C enseguida se presenta los síntomas, ya que el organismo no tendrá reservas como para compensar la situación.

¿Qué funciones cumple la vitamina C?

En primer lugar, contribuye a un buen funcionamiento de su organismo. Junto a otras sustancias aporta un gran número de beneficios, entre los que destacan: la formación de músculos, dientes, huesos, tejidos y colágeno. También contribuye a la cicatrización de lesiones y suele ser recomendada para tratamientos de dermatitis y alergias.

La vitamina C funge como un antioxidante muy potente y ayuda a disminuir el estrés, las lesiones oxidativas y retrasa la degeneración del cartílago de tu perro. Además, previene la aparición de cálculos en el riñón y mejora el funcionamiento del sistema urinario.

Finalmente, reduce los signos clínicos de la displasia de cadera y retrasa el avance de la artritis.

¿Cómo le doy vitamina C a mi perro?

Lo mejor para asegurarte de que tu perro consume la cantidad que necesita de vitamina C es alimentarlo con una dieta de calidad que cubra sus necesidades nutricionales. Valora distintas opciones y quédate con aquella que recomiende el veterinario.

Toma en cuenta que aquella dieta que elijas debe adaptarse a la etapa vital de tu mascota y a sus condiciones de vida. Un cachorro no consume los mismos alimentos que un adulto. El ingrediente principal, que ocupa el primer lugar de la lista de cualquier can, es la proteína animal.

Otra forma de aportar vitamina C es a través de los suplementos, pero en este caso, sólo podrán ser prescritos por un especialista.

Alimentos con vitamina C

La dieta casera para alimentar a tu perro es la mejor opción. Trata de formular un menú considerando las recomendaciones de un veterinario o un experto en nutrición canina. No lo hagas por tu cuenta porque de lo contrario, podrías generar carencias.

Sin embargo, ten en cuenta que existen alimentos con cantidades destacables de esta vitamina. A continuación te presentamos una lista con algunos de ellos:

  • Vísceras, entre las que destaca el hígado.
  • Frutas como el limón, la naranja o la fresa, pero como muchos perros rechazan su consumo por resultarles demasiado ácidas, puede recurrirse a otras frutas más suaves como la papaya.
  • Verduras, por ejemplo, el brócoli.
  • Perejil.
Foto: Especial

¿Qué provoca el exceso de vitamina C?

Como ya se mencionó, la vitamina C es hidrosoluble, por lo tanto, es difícil que un exceso resulte perjudicial, pues ésta se elimina fácilmente a través de la orina. Es considerada inocua, lo que quiere decir que su toxicidad es baja.

Pese a eso, debes tomar en cuenta que esa eliminación en exceso a través de la orina puede provocar diarreas o que se acidifique. En esos casos debes suprimir el exceso y el veterinario tendrá que ocuparse de tratar los síntomas que se presenten.