Un comentario cotidiano en las reuniones escolares entre los padres y docentes de niños en edad preescolar es el énfasis que se les hace en el desarrollo de la motricidad fina de los pequeños, término que no parece ser tan claro y sonar complicado de llevar a cabo en casa.
¿Qué es la motricidad fina?
Se le llama así a la habilidad que requieren desarrollar los niños al hacer movimientos usando los músculos pequeños de las manos, muñecas y dedos con el objetivo de favorecer más tarde el proceso de lectoescritura, en pocas palabras, la movilidad de los dedos de la mano con actividades que requieren mayor precisión y coordinación viso-manual.
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Para llevar a cabo dicho desarrollo en los pequeños es necesario utilizar simultáneamente el ojo y enfrentarlo a realizar actividades como rasgar, cortar, aplastar, colorear, picar, apretar, punzar, enroscar, enhebrar, escribir, dibujar, presionar, amasar, modelar, pellizcar, arrugar, estrujar y todo aquello que implica el uso fino de los dedos.
Resulta de gran importancia estimular la motricidad fina en los niños desde temprana edad ya que esto permitirá tener una buena escritura cuando el proceso lo requiera y además lograran tomar adecuadamente los instrumentos de trabajo como las tijeras y en la vida cotidiana aplicarlo en la resolución de problemas.
[nota_relacionada id=1222960]Sabías que en casa es muy sencillo reforzar la motricidad fina con actividades cotidianas como; amarrar agujetas, abrochar, abotonar, separar semillas, tomar cosas con pinzas de ropa o de pan, tomando cosas pequeñas únicamente con la yema de los dedos, entre más se ejercite podrán ir realizando movimientos más finos ya que es una habilidad que se va puliendo a lo largo del tiempo y requiere de mucha práctica
El juego es el mejor pretexto para ponerla en práctica.
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