Las alergias alimentarias han crecido considerablemente en la población a nivel global. Algo que no era tan común en la población general se ha vuelto un tema de la vida cotidiana.
Si ingerimos un alimento al que somos alérgicos, las reacciones menores pueden ser picazón, hinchazón o dolor estomacal. Pero una de cuatro personas con alergias alimentarias tendrá en algún momento de su vida una reacción severa, conocida como anafilaxia.
Esta reacción puede provocar respiración sibilante, mareos y vómitos. La presión sanguínea puede descender, provocar que baje el pulso padecimientos de las vías respiratorias.
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El porcentaje de población con alergias alimentarias en el mundo es más alto que nunca. Alrededor de 1960, el 3 por ciento de la gente tenía alguna alergia. Para el año 2018, el porcentaje llegó al 7 por ciento.
¿Qué se puede hacer para tratar las alergias?
Existen dos opciones para estos casos. Con los adultos se puede acudir al alergólogo, para saber cuáles son los alimentos que le pueden hacer daño. Una vez que estén identificados, se administrarán en dosis pequeñas para que el cuerpo genere defensas en su organismo.
En el caso de los bebés lactantes, especialistas recomiendan que puedan tener contacto, por medio de la madre, con los alimentos que tradicionalmente puedan generar alergias, como las semillas, mariscos o leche.
De este modo, probablemente se pueda evitar la alergia en etapas posteriores de la vida.