La participación y el subcampeonato de la Selección Mexicana en la Copa América de 1993 abrieron las puertas para que pudiera participar en las siguientes ediciones, además de permitir la entrada de clubes mexicanos a la Copa Libertadores a partir de 1998.
El Tri y los equipos mexicanos se caracterizaron por dar buenas actuaciones en los torneos de Conmebol; sin embargo, en 2016, la liga mexicana decidió dejar de participar para priorizar los torneos de Concacaf: la Concachampions y la Copa Oro.
Para que el futbol dé un salto de calidad se debe de competir con los mejores y así, cumplir con uno de los objetivos que la Femexfut se ha propuesto: superar los octavos de final en una Copa del Mundo.
Para ello, parece evidente que el competir con el futbol sudamericano puede acercarnos a los objetivos. En repetidas ocasiones se ha criticado que México juegue sus partidos de Fecha FIFA en EU, contra selecciones que no exigen demasiado a cambio de embolsarse millones. Por lo pronto, si bien se han reanudado las pláticas para volver a competencias en Sudamérica, no será en el corto plazo.
El futbol se encuentra entre dos amores: el bienestar económico y la trascendencia en ámbito deportivo. Se dice que no hay que esperar resultados diferentes si se siguen haciendo las mismas cosas. Tal vez el cambio se encuentre en esa frase.
POR CÉSAR MEDINA HERNÁNDEZ (DIRECCIÓN FINANCIERA)
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