Di Vagando: La asertividad, habilidad para expresarse directamente

Uno de los primeros logros en el desarrollo individual, se da cuando el bebé adquiere la capacidad para decir no. Algo tan simple como esto, es posible gracias a que se han establecido ciertos elementos necesarios que permiten al bebé distinguir entre lo que le es placentero y displacentero. El decir no ya es una afirmación de individualidad. Conforme va pasando el tiempo y el individuo continúa su desarrollo, las capacidades que va adquiriendo se vuelven numerosas y variadas, es con ello que se separa poco a poco de la dependencia de los padres. Entre las capacidades conquistadas también está la de decir sí y buscar la obtención o la consecución de aquello que necesitamos y deseamos. De pequeños somos muy transparentes y resulta casi imposible ocultar nuestro desagrado hacia personas, objetos o situaciones. No obstante conforme continuamos con nuestro desarrollo, no siempre nos es posible mantener estos logros conseguidos con tiempo y esfuerzo, pues en nuestra sociedad el manifestar abiertamente nuestros deseos y pensamientos no siempre es bien aceptado. Es claro que para la convivencia armónica es necesario que las relaciones se basen en el respeto y la consideración a quienes nos rodean, sin embargo esto puede fácilmente ser mal interpretado y puede derivar, como es común en nuestra cultura, en la incapacidad para expresarnos libremente con la finalidad de evitar lastimar a los demás o por el temor de ser juzgados y rechazados. Esto es derivado de un aprendizaje negativo, pues desde pequeños se nos refuerza la necesidad de sentirnos aprobados por los demás, el pensar igual que alguien o el tener los mismos gustos, puede ayudar a eliminar el sentimiento de rechazo e incrementar un falso sentido de pertenencia. El problema, radica en que a la larga esto resulta en una gran confusión, pues distinguir entre nuestros deseos y los de los demás ya no resulta tan sencillo, diferenciar las cosas que hacemos por que nos satisfacen y nos hacen sentir plenos y aquellas que nos hacen sentir bien solo por que somos reconocidos tampoco lo es, por lo que se genera un gran sentimiento de frustración e insatisfacción. Aprendemos a decir si aunque queremos decir no y viceversa, perdemos la capacidad de afirmarnos en nuestras decisiones y reforzar nuestra propia identidad, esta es una de las razones por las que es común encontrar personas con trabajos que les resultan frustrantes, que se dedican a actividades que los sofocan y enajenan, llevando una existencia miserable, pues no se vive la vida que uno desea sino la que aprendimos que era correcta. Debido a esto es muy común que se busquen satisfacciones sustitutivas, experiencias extremas que proporcionen la sensación de “estar vivo” y pueden ir desde el abuso de sustancias hasta la infidelidad, abarcando un gran abanico de posibilidades. La asertividad es la capacidad de decir si o no dependiendo de nuestros deseos y de cómo cada situación puede contribuir al bienestar propio.

Para la almohada

Un antiguo refrán dice que es mejor buscar la fuente que seguir la corriente, el saber defender nuestros deseos y puntos de vista, a la larga genera grandes satisfacciones y evita grandes penas.
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