Aunque muchos lo recuerdan por su desempeño como torero, desde 2015 Gerardo Gaya ha colaborado con diversas instituciones, asociaciones y organismos de gobierno, en pro de la inclusión y calidad de vida de las personas con autismo. Tras el diagnóstico de su hijo en 2012, esta causa se ha convertido en su prioridad, por lo que también es miembro de la Asamblea de Presidentes de la Coalición Mexicana por los Derechos de Personas con Discapacidad (Coamex).
¿Cómo te sientes con lo que ha logrado tu fundación?
Tengo el mejor trabajo del mundo. Jamás me planteé dirigir una fundación o una ONG, y por una serie de circunstancias y eventos afortunados lo estoy haciendo. La causa que representamos, la del autismo, necesita primero que nada visibilidad. Conseguimos darle un interés público y sumar voluntades.
¿Por qué te involucraste?
Porque a mí me hacía falta algo que me diera esperanza y mayor información, que me empoderara y me hiciera sentir que hay algo más allá; que por lo menos alguien está haciendo algo por el tema. Y buscando eso, lo tuve que hacer yo, porque creo que somos una sociedad que se queja mucho y hace poco. Yo soy fiel creyente de que con esperanza y empoderamiento podemos hacer muchas cosas.
¿Cómo has logrado que otros se sumen?
Nunca sabes quién tiene un hijo con autismo, o quién está sensible a este tema y vaya a querer ayudarte. Basta con ponerlo en la mesa para darte cuenta de que cada vez lo tienes más cerca.
En las campañas de la fundación participaron personajes del deporte y la sociedad. ¿Qué es lo que ellos aportan?
Es increíble que todo mundo quiere ayudar, pero no saben cómo. De alguna manera se la hemos puesto muy fácil a quien quiera hacer algo al respecto. He tenido la suerte de conocer a Chicharito y a Paco Memo Ochoa. Siempre abordo a las personas diciéndoles “ayúdame desde donde tú puedas”. Los jugadores, o los directivos de televisoras, pueden hacerlo con difusión.
Tu discurso en la promulgación de la Ley General del Autismo fue de alto perfil.
Parte de lo increíble de mi trabajo es a dónde me ha llevado. ¿Cuándo en mi vida se me hubiera ocurrido dar un discurso al lado del Presidente? En mi vida había dado un discurso. A título personal, esto ha sido algo de lo más positivo del proyecto, conocer a todas estas personalidades que no son mis amigos y no tengo una relación cercana con ellos, pero que tienen muy buena voluntad.
Más recientemente participaste como speaker en las TED Talks, ¿cómo te fue?
Fue increíble, era algo que tenía ganas de hacer por vivir la experiencia. Cuando recibí el diagnóstico de mi hijo, yo vi dos TED Talks, y pensé “hay alguien allá afuera que me entiende”. Y también creo que esta plataforma te permite avanzar con tu mensaje. Pero lo más padre fue el coaching, y el grupo que me tocó, ya no se diga Jorge Font, que es mi sensei. Pude convivir con gente como Juan Pablo Otero, Jorge Rosas y Javier Williams, grandes compañeros, y la retroalimentación nos la dábamos nosotros mismos. Terminé de dar mi plática y me metí al backstage a echar lágrima.
¿Cómo se combate el prejuicio hacia una discapacidad como el autismo?
Es algo cultural. Hay un tabú social fuertísimo. Hemos querido vencerlo porque es un tema de diversidad, de aceptación y de decir “aquí cabemos todos”. Así como hay razas, preferencias religiosas y sexuales, también hay una diversidad funcional, que no necesita más que aceptación e inclusión. El chiste es que forme parte de la conversación. El autismo es muy complejo, y duele. Es muy complicado tener, y vivir, con un hijo con autismo, pero también depende de la perspectiva con que lo veas.
https://youtu.be/UH_imqKjK1I
Por CARLOS CELIS
Domingo 1 de Diciembre de 2024