La relación peso potencia ha sido una característica que ha destacado por generaciones dentro de BMW, desde aquellos “Neue Klasse” a finales de los 60; autos sumamente ligeros, menos de 1,000 kilos, con motores relativamente grandes.
El resultado, un gran desplazamiento y agilidad que destacaban hasta el punto en que se convirtieron en campeones de carreras amateurs y campeonatos como las 24 horas de Nurburgring.
Para los 70, después de una modificación dentro de la fábrica, a estos pequeños autos se les añade un motor 2.0 litros, una bocanada de aire fresco para dicho peso, pero fue más adelante que decidieron echar mano de la técnica de Motorsport y al 2.0 litros se le acopló el primer turbocompresor en un auto de producción en Europa.
Dicho modelo, se ha tomado como base, y hoy, su nieto, el auto que más se apega a este manejo purista, el BMW M2 está de vuelta ahora con un paquete de competición.
FOTOGALERÍA [gallery size="horizontal_medium" ids="270506,270507,270508,270509,270510,270511,270512,270513"]Encontramos detalles en espejos, spoilers y entradas de aire que lo hace ver mucho más agresivo. La parrilla de dos branquias ahora es de tamaño superior debido a que funge como parte del sistema de enfriamiento con una mayor entrada de aire al motor. El motor es enfriado directamente por el sistema de refrigeración del BMW M4 Competition Package con hasta tres radiadores y enfriador de aceite. La suspensión es de aluminio forjado para ambos ejes.
Ahora bien, el motor de este M2 es herencia del M3 y M4. Consta del 3.0 litros de seis cilindros en línea con un turbo TwinPower de 410 caballos de fuerza y 406 lb-pie de par máximo, y como parte de la emoción pura continúa portando la tracción trasera. La opciones en transmisión van de la transmisión automática de doble embrague con 7 velocidades, y una manual de seis.
Gracias señores ingenieros de BMW por conservar las raíces de este deportivo y entregarnos un poquito más.