Fueron 21 años los que el Frontón México permaneció cerrado al público, por lo que una generación entera se vio privada de la emoción del jai alai. Con determinación, el empresario Antonio Cosío ha vuelto a tomar las riendas de este edificio emblemático de la Ciudad de México, para devolverle su esplendor y reposicionarlo como el centro de espectáculos, cultura y deporte que ha creado tradición por generaciones.
“Conseguir pelotaris que vengan al Frontón México nunca ha sido un problema”, afirmó Cosío. Junto a él, Pedro Andrinúa, intendente del recinto y célebre pelotari mexicano, explicó: “Es la catedral. Todo aquel que jugaba aquí, tenía las puertas abiertas para cualquier otro frontón”.
¿Cuál ha sido el reto de reintroducir un deporte como el jai alai a los nuevos públicos?
AC: Ha sido una labor muy complicada, pero a su vez con gratas satisfacciones. Vamos por buen camino y hemos tenido muy buena recepción del público. La gente que viene sale enamorada del edificio, del deporte y del gran cuadro de jugadores que tenemos, con grandes pelotaris que reunimos de Francia, España y México. Hemos logrado un inicio de temporada muy divertido y con gran expectación.
PA: Después de tantos años cerrado, mi peor temor era la cancha, pero estaba impecable. Es algo impresionante, es la mejor cancha del mundo. Le tengo mucho cariño, y para mí es un sueño que haya reabierto en tan buenas condiciones.
Para la temporada 2018 del jai alai, Cosío y su equipo han reclutado a grandes deportistas, como Iñaki Goikoetxea, Mikel Egiguren o Eric Irastorza, junto a otros talentos como Txabi Inza, Jan Dominique Olharan y Ludovic Laduche.
“Son unos súper atletas que han jugado por muchos años. Es un deporte complejo. Hay que tratar de jugarlo para entenderlo”, explicó Cosío. “Lo que distingue a los pelotaris mexicanos es la habilidad que tienen, tanto en sus jugadas como en su colocación”, opinó Andrinúa.
¿Qué tiene que saber el público para involucrarse más?
PA: Que es el deporte más rápido y fascinante que hay. Yo diría que es como el ballet del deporte. Observar cómo los pelotaris se suben a la pared y pueden dar hasta dos o tres pasos, eso emociona a la gente, de tal forma que cuando vienen la primera vez quedan enamorados. Lo único que tenemos que hacer ahora es recuperar a esas generaciones que hemos perdido.
AC: Sólo hay que verlo, es un deporte fascinante. Nuestra familia le tiene mucho cariño al frontón y al deporte del jai alai, por eso estoy muy emocionado con este proyecto.
El país ha cambiado mucho en 21 años, ¿cómo es ahora el público del Frontón México?
AC: También hemos cambiado. Anteriormente, la gente venía al frontón de saco y corbata. Las mujeres de largo y con sombrero. Las tradiciones han cambiado. Ahora queremos que vengan familias, y los niños pueden entrar gratis. Es una actividad que todos pueden disfrutar.
La tradición es un tema importante cuando se habla de un edificio como este. Inaugurado en el año de 1929, en plena Plaza de la República, el Frontón México forma parte de la lista de inmuebles del Instituto Nacional de las Bellas Artes declarados como monumentos con valor artístico.
Su reapertura tuvo que cuidarse a detalle. “Lo que hicimos fue revivirlo. Ya terminado parece sencillo, pero fue muy complejo. Contratamos especialistas y fue supervisado por el INBA”, contó el empresario. “Es un edificio catalogado y con mucha tradición, por lo que tuvimos que restaurarlo tal y como era en sus inicios. Eso fue lo que nos trajo el color rojo, no lo inventamos, fue su color en algún momento”.
¿Aún recuerdan qué los llevó a enamorarse del jai alai?
AC: Yo venía al frontón desde chiquito con mi papá, mi tío y mi abuelito. Tengo gratos recuerdos. Acompañarlos a la zona de apuestas o a las tortas de Don Pedro, de las que tanto habla mi papá y que seguimos tratando de conseguir.
PA: Aquí debuté como profesional en 1970. Ahora he tenido el gusto de que me inviten otra vez y estoy encantado. Conocí muy bien a su abuelo, se sentaba en las primeras filas para platicar. Siempre estaba ahí, observando los partidos. Le tenía un cariño impresionante a este deporte.
AC: Él era uno de los grandes promotores del jai alai. Éste no es un proyecto pensado con la cartera, sino con el corazón. Lo teníamos que abrir, costara lo que costara.La viabilidad del negocio ya nos la dirá el tiempo.
Además del jai alai, el nuevo Frontón México TIENE otros proyectos. ¿Qué pueden adelantar?
AC: Tenemos el casino y próximamente el restaurante Goizeko. Ya hemos presentado conciertos, pasarelas de moda, festivales de arte y hasta el Teletón. También habrá peleas de box. Estamos construyendo un sky lounge con una vista espectacular del Monumento a la Revolución, y queremos montar un hotel. Que sea un centro de espectáculos donde haya mucha actividad. También lo hacemos para beneficiar a la colonia Tabacalera, revivirla, que tanto lo necesita. Y lo estamos haciendo con cultura.
POR CARLOS CELIS
“Son unos súper atletas que han jugado por muchos años. Es un deporte complejo. Hay que tratar de jugarlo para entenderlo”, explicó Cosío. “Lo que distingue a los pelotaris mexicanos es la habilidad que tienen, tanto en sus jugadas como en su colocación”, opinó Andrinúa.
¿Qué tiene que saber el público para involucrarse más?
PA: Que es el deporte más rápido y fascinante que hay. Yo diría que es como el ballet del deporte. Observar cómo los pelotaris se suben a la pared y pueden dar hasta dos o tres pasos, eso emociona a la gente, de tal forma que cuando vienen la primera vez quedan enamorados. Lo único que tenemos que hacer ahora es recuperar a esas generaciones que hemos perdido.
AC: Sólo hay que verlo, es un deporte fascinante. Nuestra familia le tiene mucho cariño al frontón y al deporte del jai alai, por eso estoy muy emocionado con este proyecto.
El país ha cambiado mucho en 21 años, ¿cómo es ahora el público del Frontón México?
AC: También hemos cambiado. Anteriormente, la gente venía al frontón de saco y corbata. Las mujeres de largo y con sombrero. Las tradiciones han cambiado. Ahora queremos que vengan familias, y los niños pueden entrar gratis. Es una actividad que todos pueden disfrutar.
La tradición es un tema importante cuando se habla de un edificio como este. Inaugurado en el año de 1929, en plena Plaza de la República, el Frontón México forma parte de la lista de inmuebles del Instituto Nacional de las Bellas Artes declarados como monumentos con valor artístico.
Su reapertura tuvo que cuidarse a detalle. “Lo que hicimos fue revivirlo. Ya terminado parece sencillo, pero fue muy complejo. Contratamos especialistas y fue supervisado por el INBA”, contó el empresario. “Es un edificio catalogado y con mucha tradición, por lo que tuvimos que restaurarlo tal y como era en sus inicios. Eso fue lo que nos trajo el color rojo, no lo inventamos, fue su color en algún momento”.
¿Aún recuerdan qué los llevó a enamorarse del jai alai?
AC: Yo venía al frontón desde chiquito con mi papá, mi tío y mi abuelito. Tengo gratos recuerdos. Acompañarlos a la zona de apuestas o a las tortas de Don Pedro, de las que tanto habla mi papá y que seguimos tratando de conseguir.
PA: Aquí debuté como profesional en 1970. Ahora he tenido el gusto de que me inviten otra vez y estoy encantado. Conocí muy bien a su abuelo, se sentaba en las primeras filas para platicar. Siempre estaba ahí, observando los partidos. Le tenía un cariño impresionante a este deporte.
AC: Él era uno de los grandes promotores del jai alai. Éste no es un proyecto pensado con la cartera, sino con el corazón. Lo teníamos que abrir, costara lo que costara.La viabilidad del negocio ya nos la dirá el tiempo.
Además del jai alai, el nuevo Frontón México TIENE otros proyectos. ¿Qué pueden adelantar?
AC: Tenemos el casino y próximamente el restaurante Goizeko. Ya hemos presentado conciertos, pasarelas de moda, festivales de arte y hasta el Teletón. También habrá peleas de box. Estamos construyendo un sky lounge con una vista espectacular del Monumento a la Revolución, y queremos montar un hotel. Que sea un centro de espectáculos donde haya mucha actividad. También lo hacemos para beneficiar a la colonia Tabacalera, revivirla, que tanto lo necesita. Y lo estamos haciendo con cultura.
POR CARLOS CELIS