Jorge Ayala: A la conquista de Europa

Un viajero precoz que inició sus travesías por el mundo desde que apenas era un adolescente. Su inquietud lo llevó hasta la Escuela Nacional Superior de Bellas Artes de París y tras graduarse de este importante colegio, continuó sus estudios en Londres, para después vivir un tiempo en China. “Un día como cualquiera, cuando tenía 11 años, regresando de la escuela, hablé con mis papás, anunciándoles mi deseo de estudiar en París”, comparte con Panorama. “Me explicaron que para lograrlo tenía que ahorrar y empezar a trabajar. Dos días después de terminar la prepa, a los 17 años, ya tenía suficientes ahorros para poder viajar y así fue como empecé mi vida fuera de México”. Lo que Jorge hace, no sólo como diseñador, sino también como persona, nace de sus ganas de no conformarse. Dejó México para buscar otros horizontes y después hizo a un lado su carrera como arquitecto para sumergirse en el mundo de la moda. Todo lo que aprende lo integra a su proceso creativo, mezclando distintas técnicas y utilizando todas las influencias de las culturas donde ha vivido. “Mis piezas y colecciones toman de diferentes procesos y van muy de la mano de lo que pasa en el mundo. Tal vez ahí es donde encuentras mi estilo, a veces muy oriental y otras muy occidental. Pero siempre basado en los precedentes anteriores”, explica. “Creo que lo más difícil es ser auténtico; ser tú, sin dejarte homogeneizar por las tendencias. Esta resistencia al sistema me está permitiendo construir mi propio camino”. A pesar de vivir en París por tantos años, Jorge ama México y vuelve cada vez con más frecuencia, ya sea de visita o para presentar sus colecciones en el Mercedes-Benz Fashion Week México. Por eso, considera un privilegio representar a nuestro país en otros continentes y no duda en sacar la casta. “Creo que la apuesta de vivir en París hace 20 años sí puede ser considerada como un triunfo. Como bien dice la canción: ‘Caminante no hay camino, se hace camino al andar’”, bromea. “Mi taller de producción está en la Rive Droite y mi casa en la Rive Gauche del río Sena. Voy y vengo de un lado a otro de la ciudad. Desde que se anunció que París será sede de los Juegos Olímpicos de 2024, están desarrollando nuevas vías, construcciones, sitios. Yo manejo una scooter, así que logro escaparme del tráfico.” Los diseños de Jorge han causado impacto en todo el mundo por la manera en que combina distintas técnicas y materiales para lograr un estilo innovador. “Como arquitecto me costaba trabajo proyectarme en algo tan políticamente correcto y lleno de plazos largos. Cuando regresé de Pekín a París, decidí empezar mi propia praxis, cambiar de escala de forma radical y debutar con esta nueva escala de trabajo que es el cuerpo humano”, recuerda. “Mi marca se distingue también por el uso revolucionario de elementos mexicanos, como muñecas de telar y brazaletes en appliqué”. Varios famosos han encontrado fascinante su propuesta, como el rapero Drake y las cantantes Halsey y Beth Ditto. Entre la sociedad mexicana, Jorge ha conseguido una envidiable lista de clientas que también son sus amigas. “Mi Denim Project me ha permitido interactuar con cada una de ellas. Es la naturaleza del proyecto per se: conocer su historia personal y viceversa. No tenemos que volvernos amigos, aunque al final terminamos siéndolo”. La moda es su vida, pero cuenta que en Francia son pocas las operaciones de moda mexicana como tal, por eso considera que aún hay mucho trabajo que hacer en combinación con las instituciones para lograr que esto alcance el nivel que merece. “Estoy convencido que es toda una industria, la cual no se puede ni debe tomar a la ligera. No sólo el diseñador tiene que trabajar por su proyecto, su ambición y su marca. También la academia, la iniciativa privada, los museos y el gobierno, a través las secretarías de Cultura y de Economía. Todos deben formar parte de la construcción de un verdadero discurso de moda mexicana”. Jorge Ayala opina que su papel como un destacado diseñador mexicano en Francia es su más grande responsabilidad. “París es mi casa. Ya son muchos años de sentir que pertenezco aquí. No sólo por los hábitos, los amigos y la familia, sino también por la ideología y los sentimientos”. Dice que son muchas las razones por las que París es su ciudad predilecta: “El movimiento de las nubes, los días tan largos del verano, los balcones parisinos, en su mayoría esculpidos en piedra. Pero fundamentalmente, la individualidad del ser, lo respetable que es el humano por lo que es y no por lo que posee o pretende poseer. Ésa es la razón por la cual amo París”. Por: Carlos Celis
Temas