Dentro del mundo de las vedettes se sabe que existió mucha competencia, pues posterior a la época del cine de oro mexicano se vivió una etapa muy exitosa dentro de la industria cinematográfica y se trata del llamado cine de ficheras.
En esta corriente del séptimo arte, la mayoría de sus protagonistas eran vedettes, hermosas mujeres que se consolidaron como todas unas estrellas debido a su talento para actuar pero también para bailar y mostrarse en sensuales atuendos.
Sin embargo, existió una vedette que no cumplía precisamente con las características y estándares de belleza, pero era nombrada una vedette, y se trata de una de las personas que en aquel entonces era considerada como una de las más pequeñas del mundo.
Se trata de Lucía Zárate, una mujer que atrajo miles de miradas, pero que lamentablemente se convirtió en una atracción mundial y en un centro de burlas pues incluso hubo quienes la llegaron a llamar fenómeno.
Lucía Zárate nació en la ciudad de Veracruz un 2 de enero de 1864 y medía en su edad adulta tan sólo 51 cm, estatura con la que cabía sin problemas dentro de una maleta.
En aquellos años el caso de Lucía generó sorpresa en la comunidad médica, pues los doctores no le daban mucho tiempo de vida, sin embargo ella desafío cualquier pronóstico y vivió mucho más que sólo un par de meses como lo tenían estipulado los expertos en salud.
En aquel entonces el gobernador de Veracruz le aconsejó a la familia de Lucía que se fueran a vivir a la Ciudad de México para que ella pudiera alcanzar fama, pues cualquier persona que conocía a Lucía quedaba sorprendida con su estatura. A su llegada a la capital mexicana el presidente Porfirio Díaz recibió a Lucía en su despacho y quedó fascinado con la mujer.
Una vedette de fama internacional
El éxito internacional para esta pequeña vedette llegó cuando un empresario estadounidense la conoció y su nombre era Barnum, quien le ofreció una vacante para que compartiera escenario en un circo internacional.
Lucía aceptó debido a que ella y su familia consideraban que era la única oportunidad que tendría para generar ingresos, además a ella le gustaba concebirse como vedette, fue así que la mujer más pequeña del mundo recorrió todo Estados Unidos y Europa junto a otros artistas circenses.
Todo el mundo quedaba encantado con la gracia y particular estatura de esta vedette mexicana, e incluso el zar de Rusia la ovacionó y reconoció su talento.
Lamentablemente la vida de Lucía tuvo un trágico final y a la edad de 26 años murió de hipotermia luego de que el tren en que viajaba se volcó, fue así que su vida terminó el 28 de enero de 1890, pocos días antes de su cumpleaños número 27.
FAL
SEGUIR LEYENDO: