Durante la Época de Oro del Cine Mexicano hubo una gran cantidad de bellas actrices que tenían el potencial para convertirse en súper estrellas de la pantalla grande, sin embargo, por alguna u otra circunstancia quedaron relegadas y condenadas al olvido, tal como pasó con Carmen Molina, de quien hablaremos en esta ocasión, ya que recordaremos cómo fue su paso por la industria del entretenimiento y te diremos cuál fue el motivo por el que su carrera no se pudo consolidar pese a haber brillado junto Mario Moreno “Cantinflas”.
Carmen Molina nació el 20 de enero de 1920 en la Ciudad de México y aunque hay muy poca información sobre su infancia y adolescencia se sabe que realizó sus estudios en el colegio de Nuestra Señora de Los Ángeles y aunque tampoco se sabe cómo es que fueron sus primeros acercamientos con la industria del entretenimiento, de lo que si se tiene certeza fue que su belleza la llevó a debutar en el cine cuando tan solo tenía 16 años de edad.
La primera película en la que trabajó Carmen Molina fue “Qué hago con la criatura” (1936), la cual fue una de las primeras cintas de la llamada Época de Oro del Cine Mexicano y aunque su papel fue muy pequeño logró demostrar que tenía todos los elementos necesarios para convertirse en una súper estrella de la pantalla grande y fue así como poco a poco fue ganando relevancia dentro del ambiente artístico.
Para la década de 1940, Carmen Molina fue considerada para participar en un par de producciones estadounidenses, una de ellas fue una cinta de Walt Disney y en su regreso a México esperaba ser recibida como toda una celebridad, sin embargo, por alguna extraña razón esto no ocurrió, pero no desistió y siguió participando en diferentes cintas con papeles de reparto durante varios años más.
En 1948 Carmen Molina alcanzó su mayor logró dentro del cine mexicano debido a que fue nominada a un Premio Ariel por su participación en la película “Las Mañanitas”, y aunque no lo ganó confirmó su gran talento. Durante esta época la bella actriz compartió créditos con grandes figuras como Esther Fernández, Antonio Badú, Columba Domínguez, Germán Valdés “Tin Tan”, Rosita Quintana, Arturo de Córdova y hasta con Pedro Infante.
Una vez entrada la década de 1950, Carmen Molina disminuyó drásticamente sus apariciones en la pantalla grande y luego de participar en “El Mártir del Calvario” decide retirarse del ambiente artístico por falta de oportunidades y fue hasta 1962 cuando su entrañable amigo, Mario Moreno “Cantinflas” la convence de regresar al ruedo para darle un nuevo impulso a su carrera y es así como comparten créditos en “El Extra”.
Pese a haber sido apoyada por “Cantinflas”, Carmen Molina no logró darle un nuevo aire a su carrera en el cine, sin embargo, logró abrirse paso en la pantalla chica donde tuvo mayor reconocimiento de sus colegas y pudo demostrar de mejor manera todos sus talentos profesionales.
Para la década de 1980, Carmen Molina regresa a la pantalla grande participando en unas cuantas producciones siendo “Lagunilla, mi barrio”, “Lagunilla 2” y “Los dos carnales” las más recordadas”, no obstante, en la década de 1990 volvió a tener un bajón en su actividad artística y no se supo mucho de ella hasta que en octubre de 1998 se informó sobre su fallecimiento del cual se desconocen los detalles.
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