Dentro de la Época de Oro del Cine Mexicano surgieron varios talentos, entre ellos Juliancito Bravo, un niño que cautivó al público por su carisma y su capacidad actoral. Los años fueron pasando y a pesar de que las ofertas de trabajo fueron disminuyendo cuando comenzó a crecer, todavía era considerado para diferentes proyectos, sin embargo, un día decidió cambiar el rumbo de su vida y meterse de lleno a los negocios, por lo que hoy es un exitoso empresario.
Julián Bravo nació en 1956 en algún lugar de España, sin embargo, su familia se mudó a México cuando él estaba muy pequeño, pues, tenía tan sólo 7 años de edad. Ya establecido en el país, tuvo interés por el mundo del espectáculo, así que hizo su primera aparición en la película de 1963 titulada “Cri-Cri, el grillito cantor”, la cual se basa en la vida del compositor de música infantil Francisco Gabilondo, quien fue interpretado por Ignacio López Tarso, uno de las leyendas de la época dorada que aún continúa trabajando.
Juliancito Bravo: "El Tom Sawyer mexicano"
Después de este papel, el actor participó en cintas como "Los hijos que yo soñé", "Alias el Rata", "La batalla de los pasteles", "La tierna infancia" y "La vida de Pedro Infante", sin embargo, fue hasta 1966, que se posicionó como uno de las grandes promesas del cine nacional, al hacer su primer protagónico en el filme "Seguiré tus pasos", en donde compartió créditos con José Mojica, Inés Chacha Hormazabal y Fernando Larrañaga, entre otros.
Tras su buen desempeño, varios directores pusieron su atención en él y le dieron los estelares de algunas películas para niños como "La gran aventura", "La primera comunión", "Las aventuras de Juliancito", entre muchas otras en donde también compartió créditos con los actores infantiles Lucy Buj y Nino Del Arco, quienes también desaparecieron del medio artístico tras brillar en la pantalla grande cuando eran unos infantes.
Al pasar los años Juliancito Bravo fue dejando poco a poco la imagen de niño travieso y aventurero que le dio el sobrenombre del "Tom Sawyer mexicano", pues debido a su edad y a que surgían nuevos actores infantiles, tuvo que adaptarse a los cambios, y comenzó a hacer más papeles acordes a su edad, como en "El jardín de los cerezos", "El tuerto Angustias", "Cuna de valientes", "El nano", "Todo el Horizonte Para Morir" y "El tunco Maclovio", en esta última compartió créditos con Julio Alemán y Mario Almada que fue conocido por el género western.
De niño actor a empresario
Durante su última etapa como actor, Julián Bravo participó en las telenovelas “Vivo por Elena”, “Carrusel”, “Rina” y “Salomé”, a la par comenzó a formar una familia y tuvo tres hijos Julián, Natalia y Santiago; asimismo creó algunos negocios, por lo que al principio de los años 2000 decidió retirarse del medio artístico y dedicarse de lleno a sus pequeños y por supuesto a la vida de empresario, la cual le ha dejado buenas recompensas, pues hasta el momento ha manifestado que fue una buena decisión.
En entrevistas, Julián Bravo ha dicho que tiene gratos recuerdos de su etapa como niño actor, sin embargo, optó por dedicarse a su familia y a sus negocios junto a sus hermanos. De igual forma, ha dicho que no alentó a que sus sucesores a que siguieran su legado en la pantalla grande, ya que ellos eligieron sus carreras. "Los tres son profesionistas y cada uno decidió lo que quería estudiar, yo nunca traté de que fueran actores”, contó en entrevista para PECIME.
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