El cine de rumberas fue un género que se realizó con gran éxito dentro de la Época de Oro, tuvo importantes representantes pero sólo una de ellas fue mexicana. Esta bella actriz destacó entre sus compañeras, pero también causó polémica por una película, la cual fue censurada por el grupo llamado "Liga de la Decencia".
Mercedes Barba Feito, mejor conocida como Meche Barba, es considerada la máxima exponente mexicana del cine de rumberas, pues la década de los 50, las llamadas Reinas del Trópico eran de origen cubano, como Maria Antonieta Pons, Ninón Sevilla, Amalia Aguilar y Rosa Carmina.
Barba debutó en el cine en 1944 en la cinta "Sota, caballo y rey". A esta bella actriz la caracterizaba su estilo de baile diferente al de las cubanas, más fino y mesurado. Trabajó para importantes directores de la época como Alberto Gout, Luis Buñuel, Matilde Landeta, Joaquín Pardavé y Emilio Fernández, entre otros.
Meche conoció al famoso actor y cantante Fernando Fernández, "El Crooner de la canción romántica". Tuvieron una relación amorosa, pero este estaba casado con la cantante Lupita Palomera, por lo que nunca se concretó su noviazgo. De la relación nació un hijo, a quien llamaron Fernando Fernández Barba.
La película de Meche Barba que fue censurada
En 1953 Meche estelariza la polémica película "La mujer desnuda" al lado de Antonio Aguilar, pero la cinta fue censurada por la llamada "Liga de la decencia", un grupo de personas de la época con una filosofía conservadora, y en pro de las buenas costumbres que se encargaba de vigilar la moral.
La historia del filme habla de una bailarina de carpa, hija de un payaso de circo, que se casa con un famoso cantante, pero cuando todo parece ir bien para la pareja, un antiguo amante de la joven regresa para chantajearla. Aunque en realidad la actriz no salió desnuda en la cinta, sí se veía su figura pintada de dorado.
Se dice que la actriz también despertó polémica por la crítica que hacía al mundo del espectáculo. Meche Barba se caracterizó por su interpretación de mujeres perversas que explotaban a los hombres, y que según la actriz, podía sacarles más provecho que a los papeles de niña buena.
En 1954 se retiró del cine, y permaneció alejada del mundo del espectáculo durante treinta años, hasta su reaparición en la televisión en 1984. A la pantalla grande regresó en 1991 con un pequeño papel en la cinta "Amor y venganza".