Todo concierto de Alejandro Fernández suele terminar con esa frase cantada a mariachi de "El Potrillo, ya se va..." y en efecto, cada que lo hace, Alejandro Fernández abandona el escenario entre el clamor de las féminas que le idolatran y los varones que quisieran ser como él.
Pues bien, esto bien podría aplicar una vez más para comprender que cuando Alejandro Fernández se va de un escenario, es porque toma camino a la mar, se carga la energía de un capitán e iza la vela de su velero con el fin de tomar el mejor viento que lo lleve más lejos.
Alejandro Fernández disfruta de su velero
Una parte de Alejandro Fernández es un soñador empedernido. Ese hombre que ha conquistado todo a su paso, muchas veces sólo necesita la soledad de sus sentidos o la tranquilidad que le brinda estar en altamar.
Y así lo compartió en sus redes sociales, con un video donde se le ve sonriente, sereno y dispuesto a cruzar los siete mares si es esto necesario, todo con tal de hallar el lugar donde mejor se sienta.
Y, si cabía la remota duda de esto, el "Capi Alex" confirma que una de sus máximas aficiones es hacerse a la mar para hallar un viento a favor.
El caviar lo pone reflexivo
Cuando el mar está en calma y los pensamientos de El Potrillo no hallan más respuestas en la inmensidad de un océano, Alex, como buen capitán, necesita tocar tierra firme de nuevo para volver a su realidad, esa donde las reflexiones llegan a él y le hacen meditar la vida que lleva a sus 50 años de edad.
Con la frase "Hay tres cosas que nunca vuelven atrás: una bala disparada, una palabra dicha y una oportunidad perdida", Alejandro dejó claro que en este momento de su vida sus pensamientos están tranquilos y, a la vez, sabe perfectamente que no deja pasar una oportunidad valiosa, eso sí, siempre pensando en no hacer daño.
Para sumar a este pensamiento, una buena copa de vino y caviar, parecen ser la mejor compañía para el capitán de mar, canciones y amor en que se ha convertido.