Luis Miguel estaba roto esa noche. No podía articular palabra. Apenas con la fuerza para mantenerse en pie y sostener el micrófono, Luis Miguel trataba, con poco éxito, de navegar sus emociones entre la marejada de gritos, alaridos y emociones que sus fanáticas argentinas le lanzaban.
Su voz estaba entrecortada y no era para menos. La noche que Luis Miguel se plantó ante Luna Park, en Buenos Aires, Argentina, para abrir su corazón y tratar de explicar que el paroxismo que provocaba su ser, esa noche, no importaba. Luis Miguel estaba roto esa noche, había perdido a su padre, Luisito Rey.
Luis Miguel pide ayuda
Pocas veces se podrá leer esto, pero, Luis Miguel pidió ayuda esa ocasión. Sí, el cantante estaba destrozado por la muerte de un ser que marcó su vida, en todos sentidos, y la mezcla de emociones le llevó a abrir su ser de la forma más natural que nunca la ha hecho.
"Yo quisiera que me ayudaran esta noche", fue lo primero que logró expresar con cierto control, luego de la marejada de sentimientos acumulados en su ser.
Luego, continuó su petición a un público, en su mayoría femenino, totalmente desbordado por tenerle cerca.
"Con todo mi grupo de músico y toda la gente esta noche para hacer una noche divertida, una noche bonita, porque la vida es divertida y la vida es bonita, hay que disfrutarla", insistió El Sol, tratando de dar un mensaje importante.
Pide que quieran a sus seres queridos, en vida
Con el pesar emocional de haber perdido a su padre, Luisito Rey, luego de las peleas que estos habían tenido durante los últimos años, Luis Miguel se derrumbó y, para tratar de sostenerse a sí mismo, expresó y aconsejó al público las palabras más sinceras del cantante.
"Por eso yo quiero desearles a todos mucha felicidad y que compartan todo lo que tengan con la gente que quieren, no mañana, sino hoy, y que siempre tengan algo que dar a otra persona porque lo más bonito que tenemos es el amor y el cariño del ser humano. Muchas gracias".
Estas son las palabras de Luis Miguel aquel diciembre de 1992 en Luna Park, cuando el mundo se le vino abajo y sólo pudo sostenerse en el cariño de su público y el amor a lo que hace mejor: cantar.
maaz