MásterChef México llegó a su fin. La Gran Final no entregó momentos de emoción, de tensión y muchas sorpresas. Además, el nivel del duelo por el título fue muy alto y los jueces lo reconocieron a la hora de probar los platillos que prepararon los finalistas.
Antes de la competencia, los chefs informaron a los finalistas que tenían que preparar un platillo completo, es decir, una entrada, plato fuerte y postre. Ahí tendrían que plasmar sus raíces y todo lo aprendido a lo largo de la competencia.
Tras degustar los platillos, los expertos determinaron que la ganadora era Adriana. La originaria de Guasave, Sinaloa decidió preparar un platillo que era una fusión de su ciudad de nacimiento y de la comida japonesa, ya que en Sinaloa se acostumbra a comer mucho pescado y de la forma en la que lo hacen en la isla nipona.
Ganó con un Belly Pork
Para el plato fuerte, Adriana preparó un platillo de Belly, pero lo hizo con elementos japoneses en sus salsas. El Pork Belly estaba en un fondo de verduras, con cebolla y hongos shitake. Además, agregó una salsa de tamarindo y morita para el glaseado. A un lado acompañó con espárragos, champiñones y edamames.
El platillo presumió un gran balance de los sabores y equilibrio entre lo fuerte y lo dulce.
Adriana fue la ganadora
Después de una final de infarto y mucha calidad en los platillos presentados por los finalistas de MasterChef, Adriana resultó ser la ganadora de la octava temporada en la cocina más famosa de México.
En ese momento se mostró sobre con el nombre de la ganadora. La originaria de Guasave brincó y lanzó gritos de felicidad al haber obtenido la victoria sobre Erubiel e Itzel, competidores que también hicieron una gran labor.
"Vine a ganar la competencia"
Luego de su victoria, Adriana celebró el triunfo y reconoció que lo único que tenía en la mente desde el momento en el que llegó a MasterChef era la victoria. "subí a la cima, pero queda mucho camino por recorrer", dijo. Además reconoció que se siente muy fuerte y poderosa para lo que venga.
El más sorprendido fue Erubiel, que se notaba visiblemente triste, pero aseguró que se lleva una gran lección de vida por participar en la cocina más famosa de México, sin importar que no se quedara con el trofeo, como hubiera deseado.
gka