Sara García fue la matriarca del cine mexicano, más allá de recordarla como la abuelita amorosa, el pueblo la veía como el símbolo de la madre perfecta. Para sus compañeros, era una mujer ejemplar, disciplinada y profesional, que llegaba a sus llamados hasta una hora antes.
Era una señora maravillosa, divertida y platicadora, le gustaba contar chistes a todo el mundo. Cuando no estaba en el foro o en su camerino, se ponía a platicar con los productores, actores o técnicos. Era muy sencilla y profesional, una vez que se ponía el vestuario, ni se sentaba, para no arrugar la ropa”, recordó Ana Martín, quien compartió créditos con ella en seis películas.
Toda la dulzura que reflejaba ante las cámaras, se borraba cuando alguien se equivocaba en una línea. Una vez dentro del set, era sumamente disciplinada, y paraba todo si escuchaba un ruido el foro era un santuario que nadie podía profanar.
Sin embargo, no disfrutaba del mismo éxito fuera de las cámaras, su vida personal estuvo llena de tragedias desde que nació. Tuvo 11 hermanos, pero fue la única que sobrevivió. Se quedó huérfana de padre y madre a los 10 años.
El cine fue un refugio, por éste conoció a su marido Fernando Ibáñez, con quien tuvo a su única hija María Fernanda Mercedes. Pero él le fue infiel y se separaron, aunque regresó tiempo después; ella lo acompañó hasta su muerte.
La pequeña María Fernanda siguió el camino de sus padres, incluso actuó junto a Jorge Negrete, quien se dice la cortejó, pero doña Sara no lo permitió. Sin saber, que años más tarde, su primogénita también moriría de tifoidea en 1940. Desde entonces vivió con su amiga Rosario, a quien le llamaba hermana.
Conocí a su hermana Rosario, que ya estaba muy grande; a doña Sara no le gustaba hablar de su vida privada, por lo de su hija, y nadie le preguntaba, siempre se le respetó mucho”, agregó Martín.
Enfocó todas sus energías en la actuación y fue cuando comenzó a combinar los papeles de madre con los de la dulce abuelita; aunque hay leyendas de que se quitó los dientes, Ana Martín aseguró que perdió piezas por una infección.
Uno de los actores a los que más quiso fue a Pedro Infante, quien también correspondía e incluso cada 10 de mayo le llevaba serenata, ya que vivían muy cerca y le cantaba el tema “Mi cariñito”. [nota_relacionada id=972326]
Por Patricia Villanueva
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