Con episodios agresivos los reality shows tratan de atrapar a los televidentes para ganar rating. Programas internacionales de concursos se han adaptado a la idiosincrasia de la televisión mexicana, algunos polémicos por su mismo formato como Big Brother y otros que generan controversia y polémica por las conductas de los jueces o participantes, como La Voz México, Bailando por un sueño, La Academia o Master Chef.
La humillación y violencia entre los participantes y jueces de esos formatos se ha convertido en una fórmula recurrente para atrapar a las audiencias televisivas.
La socióloga Claudia Benassini, Profesora investigadora de la Facultad Mexicana de Arquitectura, Diseño y Comunicación, Universidad La Salle CDMX, dijo que la televisión normaliza las conductas violentas o humillantes, “las hace ver no sólo como algo que es normal, sino le dan el carácter de espectacular y como algo que tiene que vivir una persona si es que desea llegar al éxito”.
La polémica más reciente, ocurrió hace unos días en el concierto número nueve de La Academia, luego de que la cantante Danna Paola, quien funge como juez, manifestara su inconformidad, por un comentario del alumno Gibrán, él la llamó “culera” y ella se defendió abriendo una disputa en el programa que atrapó a las audiencias, inclusive, en las plataformas durante varios días.
En las emisiones de canto o de cocina, se ejerce la autoridad, en especial en los segundos. En una ocasión un chef le dijo a un concursante que se callara y bajara la cabeza cuando se dirigiera a él. Claramente la idea es humillar al participante, hacerlo sentir que es menos, que ellos tienen más experiencia y el alumno nunca será como él”, comentó la especialista.
De acuerdo a Benasinni esto responde a la necesidad de generar rating, por eso se les pide “que ejerzan esta autoridad ante los concursantes que me parece, raya en la humillación, ya que como jurado creen que pueden dirigirse a otras personas, pero debería tener experiencia, autoridad y liderazgo para hacerlo. No ser seleccionados solamente por audiencia”.
Considera que los productores y programas no se fijan en que estas celebridades realmente pueden aportar algo a los concursantes, lo que les interesa es la posibilidad de generar polémica en torno al desempeño de una persona que intenta convertirse en estrella.
Pero cree que esto sólo pasa en los programas mexicanos y esta es una tendencia para obtener público, porque la industria de la música ya cambió, pues con tantas plataformas no se necesita una disquera o compañía para lograr éxito en la música, por lo que ahora las televisoras vuelven un espectáculo a los concursos de canto, más que un canal para crear estrellas, aseguró la especialista.
En este sentido, Ángel Aponte, productor del programa de la televisora del Ajusco, aceptó que lo que ocurrió con Danna Paola, la puso a ella, como a La Academia y a los académicos en boca de todos y “como productor siempre buscas que tu producto llegue a la mayor cantidad de personas”, pero que nunca dan lineamiento para decir o hacer algo.
[nota_relacionada id=825627]Quiero aclarar que todo está bien con Danna, no hubo ninguna controversia, simplemente se sintió ofendida, se defendió y después los usuarios lo hicieron viral. El propósito de Danna era expresar su punto de vista”, dijo Ángel Aponte.
POR PATRICIA VILLANUEVA VALDEZ
eadp